Estamos interconectados. Lo que pasa en China revierte en Europa, lo que hacemos en Europa repercute en América, y así todo. El impacto de la globalización y el desarrollo exponencial de la tecnología ha cambiado sustancialmente el viejo negocio de la logística. Desde los años 80, la confluencia entre logística y tecnología ha ido derivando en lo que hoy conocemos como supply chain, que es mucho más que logística y engloba los procesos y metodologías de antaño para ofrecer un servicio más eficiente y adaptado a dinámicas globales y a las nuevas exigencias del comercio internacional.
La pandemia ha supuesto un desafío sin precedentes para la cadena de suministros y ha puesto de manifiesto que nada puede darse por descontado en este mundo que cambia a la velocidad de la luz y obliga a adaptarse o morir.
Lecciones del pasado y retos del futuro
Hemos vivido un par de años de transformaciones globales vertiginosas. En este tiempo, algunos se han acabado de familiarizarse con un concepto debido a lo trascendental que ha sido durante este periodo. El reparto de vacunas por todo el mundo ha puesto de manifiesto el supply chain y ha demostrado cómo de importante es la planificación y ejecución de la logística a escalas tan enormes y en contextos volátiles.
Pero esto no ha sido todo y los expertos lo tienen claro: la disrupción no va a parar. Hay que prepararse para las tendencias que vienen desde un profundo conocimiento de la realidad actual en la que el 80% del comercio procede de Asia y especialmente China. A corto plazo se prevé más inflación de materias primas, que ya estamos viviendo, y el desafío que supone el déficit de conductores. Además, las crisis económicas pueden ser en adelante más concatenadas, a lo que se une los hábitos de consumo, que cambian vertiginosamente. El comercio electrónico es ya el rey y el consumidor se ha tornado cada vez más exigente y consciente de la importancia de una logística eficiente. Por ello, las empresas están replanteando su cultura corporativa, aumentando su capacidad digital y otorgando más espacio en sus prioridades y sus gabinetes ejecutivos a la cadena de suministro.
Sostenibles y ágiles
Entre las nuevas exigencias del consumidor, y cada vez más al alza, se encuentra la sostenibilidad. No es una palabra vacía ni un concepto para insertar caprichosamente en las campañas de marketing. La sostenibilidad nace de la conciencia del gran impacto que el comercio mundial genera en el planeta y cómo acelera el cambio climático. Los consumidores son conscientes de ello y apuestan por una cadena de suministros que tenga consciencia con el planeta.
Pero, ojo, poner foco en la sostenibilidad no frena las exigencias del mercado. La actividad sigue siendo frenética, por lo que el gran reto del supply chain es implementar la sostenibilidad en todo el proceso sin perder en eficiencia y eficacia. Eso supone una gran tensión en la cadena y la necesidad de creatividad e imaginación para concordar ambas premisas.
Data y supply chain: una colaboración con factor humano
El data ha entrado en la cadena de suministros para cambiarlo todo. La posibilidad de interpretar los fenómenos crece exponencialmente. En general, la tecnología seguirá siendo clave para el futuro de las empresas y sus departamentos de supply chain. Tener millones de datos es una cantidad enorme de información y una oportunidad a la vez que un desafío. Como en el famoso lema de Pirelli, “la potencia sin control no sirve de nada”. Los datos hay que interpretarlos y saber usarlos en beneficio y mejora de las dinámicas. Entender la raíz de un problema, por ejemplo, no es algo que pueda hacer un robot.
Es ahí donde se revela la importancia primordial del factor humano. Son los profesionales los que pueden avanzar en una comprensión integral de la cadena de suministros y la transversalidad de sus partes: trazar flujos, interpretar tendencias… El supply chain requiere cabezas y manos que se engarcen a la perfección.
Aptitudes para triunfar en el supply chain
En este contexto cambiante, los expertos reconocen una serie de aptitudes para los futuros profesionales que quieran hacer carrera en el ámbito del supply chain:
Capacidades digitales: no son necesarios conocimientos profundamente técnicos, pero sí habilidad para entender los problemas y oportunidades derivados de la tecnología.
Flexibilidad: La adaptabilidad y resiliencia cotizan alto en este mundo en el que la disrupción es norma general y mantenerse inflexibles puede suponer el fracaso o la desaparición de nuestro negocio.
Agilidad: La cadena de suministros requiere de buenas dosis de nervio y carácter resolutivo.
Curiosidad: Es el motor que nos impulsa a interesarnos por el buen funcionamiento de las cosas y a querer aprender de aciertos y errores.
Humildad: reconocer que no lo sabemos todo e identificar quién puede responder a nuestras preguntas o cómo se han afrontado en el pasado situaciones similares.
Artículos en colaboración con:
Miquel Serracanta, director del Máster en Supply Chain Management de EAE.
David Cuenca, presidente de CHEP Europa.
Fuente: EAE Business School