Rido Envase se transforma y suma a su actividad de fabricación de envases, la producción propia de una línea de productos de protección contra la covid-19
“Yo no soy médica ni enfermera y esta fue mi manera de colaborar”. Begoña Cortina, gerente de la empresa familiar Rido Envase, ha hecho un giro de 180 grados en su negocio durante el confinamiento decretado por la pandemia de covid-19, una empresa que ha ido evolucionando a lo largo de los años, pero nunca como por ahora. Han pasado de hacer blísters para los establecimientos comerciales, a hacer también envases para piezas delicadas que tienen que llegar “perfectas” a su destino porque viajan por todo el mundo con contenedores; a Probex, una línea de productos de protección contra el coronavirus que se alejan de otros muchos que dan sensación de “falsa seguridad”.
Sin saberlo, Probex se empezaba a gestar el 17 de marzo, cuando desde varios puntos de Catalunya, del Estado y del mundo, la solidaridad se convertía en la protagonista de una dura situación sin precedentes. Un familiar médico de Cortina, la avisó de que se había creado una red en Telegram de impresores 3D que estaban haciendo hornadas de pantallas protectoras para el personal sanitario, pero les faltaban láminas de plástico. Fue entonces cuando empezó a colaborar con la escuela de diseño La Llotja de la Sagrera, donde varios voluntarios trabajaban día y noche para imprimir y repartir las pantallas. Cortina fue hacia su fábrica y empezó a producir todas las láminas que pudo para llevarlas a los voluntarios. Paralelamente, también la contacta un profesor de la Escola Massana, donde estaban haciendo un proyecto similar con un diseño propio de pantallas. “Estaban buscando maneras de hacer mucha producción a precios muy bajos y yo los puse en contacto con mis proveedores de material”, cuenta.
Mientras colaboraba con CO19-FAB-BCN y www.libreguard.care en todo momento, la gerente de Rido Envase empezó a recoger opiniones de su red de contactos vinculada al mundo sanitario, que les iban proponiendo elementos que tenían que tener sí o sí las pantallas faciales como, por ejemplo, que no tengan elementos porosos, que sean reutilizables y se puedan esterilizar, que no hagan sudar, que sean compactas o que la lámina sea muy transparente e intercambiable. A toda velocidad, se fue gestando el primero de toda la línea de productos de Probex, las pantallas, que más tarde las seguirían las mascarillas, los esprays higienizantes, los buzos de protección, los salva-orejas y las batas.
Fuente: Via Empresa.