En el 22@ de Barcelona visitamos a Jordi Romero, corresponsable de una startup de éxito. En su historia, una relación fructífera con amigos de universidad y una vivencia en California que le cambió el concepto de emprendeduría.
FactorialHR, su empresa, ha tenido un crecimiento explosivo. ¿Puede explicarnos su génesis?
Este es un proyecto que comenzamos Pau (Ramon), Bernat (Farrero) y yo. Los tres somos ingenieros informáticos y nos conocimos cuando estudiábamos en la UPC, en Barcelona. A los tres nos gusta entender cómo funciona el mundo y entendimos que las principales transformaciones se estaban dando a través de la tecnología, Internet y el software. Nos metimos de cabeza en estos temas.
En la universidad aprendimos diversas cosas. Una es que lo que allí te enseñan deja de ser relevante al poco tiempo. Y es que todo va tan rápido que, cuando un conocimiento llega al currículum de la carrera, ya ha dejado de ser una tecnología que tengas que estudiar. Vimos que la mejor manera de aprender en tecnología era creándola.
En la universidad aprendimos que lo que allí te enseñan deja de ser relevante al poco tiempo.
Se hicieron emprendedores.
Bernat, por ejemplo, montó su propia compañía. Y Pau y yo nos fuimos juntos a trabajar a otra empresa de software de gestión de proyectos. Era un proyecto que se fundó en Barcelona, pero que terminó recalando en San Francisco, de modo que pasé unos cuantos años allí. Cuando la empresa fue vendida a otros accionistas, volvimos a Barcelona y nos juntamos los tres de nuevo.
Un bonito reencuentro.
Así fue. Y la conclusión a la que llegamos es que la gestión de las organizaciones está, en general, rota. Las cosas se hacen mal, al estilo del siglo XX o XIX. Las políticas de Recursos Humanos, la forma de gestionar al personal, etcétera, todo eso viene de la época industrialista. El propio concepto de “Recursos Humanos”, por ejemplo…
La gestión de las organizaciones está, en general, rota. Las cosas se hacen mal, al estilo del siglo XX o XIX.
¿Qué le pasa?
Pues que tiene connotaciones. Tradicionalmente, se extraían beneficios de los recursos animales, o financieros, o tecnológicos. ¿Pero de las personas? Ahora tienes a ciudadanos con inquietudes, ganas de aprender y deseos de desarrollarse y crecer en un entorno profesional. La manera de gestionarlas y de liderarlas es totalmente distinta a como se hacía antaño.
Así que mejor si llamas a “Recursos Humanos” como “Talento” o como “Personas”. Nosotros optamos por esta última. Lo que queremos es cuidar de las personas para que puedan dar el máximo valor y ayudar a la organización a lograr sus objetivos.
Ahora tienes a ciudadanos con inquietudes, ganas de aprender y deseos de desarrollarse y crecer en un entorno profesional.
¿Cuándo supieron que tenían una idea ganadora?
Fundamos la compañía hace seis años. Hubo diversos momentos de “clic”, porque las startups no solemos crecer de manera lineal o predecible. Solemos pasar por momentos de pequeñas y grandes explosiones.
Las startups no solemos crecer de manera lineal o predecible. Solemos pasar por momentos de pequeñas y grandes explosiones.
Nuestra idea inicial era muy clara: queríamos automatizar y transformar la gestión de personas por medio de software y datos que ayudaran a tomar las mejores decisiones. Lo que no teníamos tan claro era el modo de generar ingresos, aunque nuestra ambición era que todo el mundo utilizara Factorial. Así que, al principio, lo ofrecimos de manera gratuita.
¿Y eso es bueno o malo?
Está muy bien si lo que quieres es que te conozca mucha gente. Pero con eso no se paga el alquiler ni las nóminas, y el dinero se termina muy rápido. Tardamos algún tiempo más hasta dar con la idea brillante que nos ayudara a monetizar todo lo que hacíamos: tres años de travesía en el desierto. Mientras tanto, estiramos cada euro hasta el infinito, creamos nuevos productos muy interesantes e iteramos diversos modelos de negocio.
Estiramos cada euro hasta el infinito, creamos nuevos productos muy interesantes e iteramos diversos modelos de negocio.
Tuvieron éxito.
Llegamos a uno que es el más simple de todos pero que nos provocó ese clic: cobrar un pequeño importe mensual por cada empleado de la empresa. Por ejemplo: si su empresa tiene 100 empleados, nosotros le cobramos 5 euros por cada uno, cada mes. Si su empresa crece, cobraremos más, proporcionalmente. Y si decrece, cobraremos menos.
Así nos adaptamos a las necesidades de las compañías. Desde que hicimos esto, explotamos: de 10 – 20 clientes que nos pagaban un alquiler mensual, pasamos a ser una compañía rentable en un mercado de un tamaño enorme.
¡Enhorabuena!
Y luego, en vez que quedarnos ahí aprovechando la situación, quisimos imprimir el mayor ritmo de crecimiento posible. Nos fuimos a hablar con inversores de capital riesgo de Europa y Estados Unidos y nos capitalizamos para ir a captar la mayor oportunidad existente en el mercado del software, que se encuentra en el sector de la gestión de personas. Porque todas las compañías del mundo necesitan tener un software para todos sus empleados.
Nos fuimos a hablar con inversores de capital riesgo de Europa y Estados Unidos y nos capitalizamos para ir a captar la mayor oportunidad existente en el mercado del software.
Personalmente, ¿qué le aportó pasar unos años de su vida trabajando en Silicon Valley?
Me abrió la mente. San Francisco y el Silicon Valley tienen muchas carencias, pero en cuanto a ambición de proyectos, no tienen parangón. Tal vez China, últimamente. A mí la experiencia me transformó. Antes de ir allí pensaba que si podía hacer algo bien, tal vez lograría ganarme diez buenos clientes y vivir tranquilamente. Allí descubrí que era posible transformar el mundo entero. La mentalidad de “se puede conseguir lo imposible” me cambió.
Volvimos a Barcelona. Porque aquí se pueden crear perfectamente negocios globales y atraer a talento internacional con la increíble calidad de vida que tenemos. Y lo estamos logrando. También hemos traído capital inversor de fuera. Antes era muy difícil tener a inversores americanos que se atrevieran a poner 100 millones de dólares en manos de tres jóvenes de Barcelona. Ahora ya no.
Antes era muy difícil tener a inversores americanos que se atrevieran a poner 100 millones de dólares en manos de tres jóvenes de Barcelona. Ahora ya no.
¿Diría que Factorial HR es un producto de nicho o generalista?
Es complicado encontrar el equilibrio entre construir una herramienta muy de nicho, como podría ser el software de selección de personal, o hacer una herramienta generalista, como las que fabrica Microsoft. El equilibrio se encuentra entre dar utilidad y hacerlo bien: si eres capaz de hacerlo todo, eres muy útil, pero no eres bueno en nada.
Nosotros hemos visto que la gestión de personas es un campo suficientemente amplio, y a la vez suficientemente específico, como para poder hacerlo todo bien y útil: organigramas, permisos, políticas de empresa, directorio de empleados… Son cosas que tiene en común el software de gestión de personas. Pero si nos vamos a la gestión de inventario, de espacios físicos, de stocks, de pagos… Ya nos estamos yendo a otro universo y no lo haríamos tan bien.
¿Cuántas personas trabajan en la organización?
En todo el mundo, unas 700. En esta planta tenemos 150 personas y en este edificio unas 300. Tenemos a gente dedicada a descubrir oportunidades, es decir, a encontrar empresas que tengan problemas que podamos solucionar. También tenemos a un equipo que va a hablar con estas empresas y que ayuda a cerrar acuerdos con ellos y a que utilicen la plataforma. Otro equipo se dedica al customer experience y acompañan al cliente en cualquier necesidad, o le plantean cualquier nuevo producto. Aparte, tenemos áreas de reclutamiento, marketing, tecnología, etcétera, con los que damos valor a nuestros miles de clientes.
Tenemos a gente dedicada a descubrir oportunidades, es decir, a encontrar empresas que tengan problemas que podamos solucionar.
¿Usted viaja mucho por el mundo?
No, en realidad. Somos tres socios, y con tres no basta para gestionar una compañía de 700 personas, de manera que contamos con un equipo directivo muy potente. En este caso, tenemos a una líder de ventas que ayuda a los líderes de oficina de cada país. Viaja con frecuencia a Brasil, México, Estados Unidos… Ahí tenemos la oficina en Salt Lake City.
El estado de Utah.
Curiosamente tienen una cultura de ventas muy fuerte. Muchas personas de allí provienen de la confesión mormona y están habituados a ir puerta a puerta, de misión religiosa, desde pequeños. Aprenden a vender a puerta fría muy rápido. Cuando les dices que tienen que vender software les parece sencillísimo.
¿Cuál es el objetivo de estos próximos años en Factorial?
No queremos terminar siendo parte de un grupo que se contente con mantener un negocio. Nuestra ambición es crecer y crear un valor que nadie más en el mundo está dando. Hasta ahora hemos triplicado anualmente el tamaño del negocio. Sabemos que cada vez será más difícil mantener estos ritmos, pero esperamos, por lo menos, doblar en los próximos seis años. Y consolidarnos como líderes en Europa, Latinoamérica y Norteamérica. Actualmente somos fuertes en Europa, crecemos rápido en América Latina y somos pequeñitos en Norteamérica… Nos queda mucho por crecer, todavía.
¿Su herramienta es inmejorable? ¿Ha llegado a la cúspide de su desarrollo?
¡Ojalá! Hemos avanzado mucho en estos seis años de desarrollo de producto. Pero tenemos a 150 personas mejorando lo que tenemos y abriendo nuevas áreas de negocio porque la gestión de personas es muy amplia y tiene poco de nicho.
Nuestros clientes son pequeñas y medianas empresas. Dejamos las grandes compañías para que Oracle, SAP y otros dinosaurios las atiendan. Ellos tienen productos potentes y que llevan tiempo en el mercado. Nosotros queremos ayudar a las PYMES dotándolas de tecnología de nivel, porque creemos mucho en ellas. Lo que no puede pasar es que las PYMES no puedan competir con grandes corporaciones por falta de acceso a la tecnología.
Con su software, ustedes generan una imagen privilegiada de lo que pasa en cada empresa. ¿Son también auditores?
Nosotros mostramos lo que les pasa a nuestros clientes, per sin juzgar. No podríamos acompañar a cada cliente. Le damos la información necesaria y él mismo se sirve y toma sus decisiones.
¿La pandemia ha ayudado a propagar soluciones como la suya?
En 2020 sufrimos porque la incertidumbre y el caos llegó, a pesar de que ayudábamos a las empresas a adaptarse al teletrabajo y a hacer contratos en remoto. Cuando el caos se fue, crecimos más rápido que nunca, ayudándoles a trabajar en la nube: da igual si estás en Madrid, Barcelona o el Caribe… Siempre tienes acceso a tu información y eres operativo.
Ahora estamos volviendo a la oficina, pero hemos venido con un punto de flexibilidad que nunca había habido hasta ahora.
Hablando de ello, aquí se ven muchas mascotas y bolas de pilates por toda la oficina.
Trabajamos mucho, pero construimos la empresa que nos gustaría encontrar a nosotros. A nuestra gente le exigimos mucho, pero también le damos flexibilidad y ventajas para que se sientan cómodos.
Esta no es una compañía para todo el mundo. Hemos aprendido que no todas las personas quieren crecer rápido o redefinir su puesto de trabajo cada seis meses. Algunos prefieren la estabilidad. Nosotros ofrecemos lo contrario: continuas oportunidades de crecimiento.
Esta no es una compañía para todo el mundo. Hemos aprendido que no todas las personas quieren crecer rápido o redefinir su puesto de trabajo cada seis meses.





