Nos llevan y traen cada día a nuestras oficinas o domicilios, especialmente si vivimos en ciudades. Estando en ellos nos encontramos a vecinos, con los que aprovechamos para hablar del tiempo. Hoy hablamos de ascensores, elevadores y escaleras mecánicas, como las que nos reciben en el Metro. Y lo hacemos con un verdadero experto: Esteve Oró, directivo de una de las compañías líderes mundiales del sector. Presentes en España desde 1984, Thyssenkrupp Elevadores cuenta con una red de más de 70 delegaciones repartidas en toda la geografía española y un equipo humano formado por más de 2.700 profesionales. Atienden los proyectos de movilidad urbana durante todo su ciclo de vida, desde la instalación de nuevos equipos de transporte vertical hasta su revisión, servicio de mantenimiento y modernización. Sus técnicos altamente cualificados proporcionan un servicio eficiente a una amplia cartera multimarca manteniendo más de 1,2 millones de unidades en todo el mundo. Son la empresa elegida por clientes de todo el mundo para el diseño, la fabricación, la instalación, la modernización y el mantenimiento de innovadores sistemas de movilidad inteligentes para una amplia variedad de usos.
“Trabajar para un grupo multinacional tiene sus ventajas: te ofrece la solidez propia de una organización que cuenta con recursos, implantación territorial y acceso a conocimientos e innovación”
“Al igual que ha pasado con los coches y las neveras, los ascensores han ido mejorando”
“Normalmente en aquellos sectores en los que el cliente nota que te necesita cuando algo se estropea hay menos inversión en marketing”
“Pero nosotros damos el mensaje de querer facilitar y hacer más feliz la vida de las personas evitando problemas de movilidad”
“Le diré que, en este mismo edificio, el de la redacción de Feedback Today, el ascensor es de Thyssen Krupp y el conserje me ha dicho que está muy bien mantenido”
“La gente mayor no entiende (ni tiene por qué) que una escalera mecánica esté parada por falta de mantenimiento. Así que debemos tener los recursos y la capacidad de reacción necesarios y a punto para resolver cualquier problema en cualquier momento”
“Este año parece que las cosas van a ir a mejor, así que vamos a intentar volver a la senda de la modernización y la venta de productos y servicios”
“A medida que pasan los años la media de edad demográfica es mayor y eso hace que nuestro negocio sea cada vez más importante, ya sea a nivel particular como en los barrios. Aquí hay toda una tradición de gestión de la movilidad y somos uno de los principales países del mundo en ascensores instalados”
Usted lidera un área importante de una gran compañía multinacional. ¿En qué se diferencia eso de dirigir una empresa familiar, por ejemplo?
Como todo en la vida, trabajar para un grupo multinacional tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Por un lado, te ofrece la solidez propia de una organización que cuenta con recursos, implantación territorial y acceso a conocimientos e innovación. Tengo, por ejemplo, la posibilidad de conocer las experiencias de otros compañeros que se enfrentan a otras realidades de mercado distintas a la mía en sus respectivos países. Quizás, en una empresa más local, tu visión sea más limitada.
¿Y en cuanto a inconvenientes?
Todo tiene una mayor rigidez, se exigen procedimientos y autorizaciones que son lógicas y necesarias, pero que implican un número mayor de capas de gestión. La gracia está en saber transformar el grupo en una compañía dinámica que sepa actuar con eficacia en un mercado que cambia continuamente.
Dentro de esa organización, usted lidera la división territorial noreste de la península ibérica.
Pertenezco a una división del grupo que se ocupa a los sistemas elevadores. A su vez, ésta divide la península en siete grandes direcciones o zonas geográficas, incluyendo a Portugal. Yo dirijo la Noreste, que se ocupa de Catalunya y Aragón, con más de 30.000 unidades en el mercado (contando ascensores, escaleras, etc.) que requieren mucha atención a nivel local. Y es que el cliente es exigente y pide proximidad.
¿Con qué catálogo de productos cuentan ustedes?
Gestionamos productos y servicios de movilidad. Esto es: fabricamos escaleras, pasillos rodantes, plataformas elevadoras, ascensores, etc. Y éstos, una vez colocados en el mercado, necesitan ser instalados y, sobre todo, recibir mantenimiento, porque son elementos que tienen que durar, y si es para toda la vida, mejor. Nuestros clientes son de dos tipos: por un lado, están las comunidades de propietarios. Le diré que, en este mismo edificio, el de la redacción de Feedback Today, el ascensor es de Thyssen Krupp y el conserje me ha dicho que está muy bien mantenido.
¡Gracias! Me tranquiliza saberlo ¿Y el otro grupo?
Mantenemos grandes infraestructuras públicas. El Aeropuerto de Barcelona es un ejemplo de ello. Y el Metro de Barcelona, y, dentro de éste, toda la Línea 9, que es un proyecto muy ambicioso porque cuando esté completada, será el trayecto suburbano más extenso de toda Europa. Ahí nos encontramos escaleras mecánicas a lo largo de una vía que une El Prat de Llobregat con L’Hospitalet, Barcelona y Santa Coloma de Gramenet.
Y que pasa por orografías diversas…
El barrio del Putxet o el del Carmelo, en Barcelona, que se encuentran en una montaña, requieren elevadores. Y al encontrarse en la vía pública necesitan estar más disponibles para todos durante más tiempo: la gente mayor no entiende (ni tiene por qué) que una escalera mecánica esté parada por falta de mantenimiento. Así que debemos tener los recursos y la capacidad de reacción necesarios y a punto para resolver cualquier problema en cualquier momento.
Venimos de épocas de crisis, con las obras públicas paralizadas.
En épocas de crisis, ayuntamientos como el de Barcelona, o administraciones como la Generalitat de Catalunya, o el Ministerio competente, retrasan sus decisiones de inversión o exigen una mayor eficiencia en los gastos de mantenimiento. Necesitan ajustar sus gastos. Ahí es donde entramos nosotros, recomendando nuevas formas de alargar la vida útil de los equipos y evitando que tengan que invertir más de lo que pueden. Esto requiere de una ingeniería y una búsqueda de nuevas soluciones que ayuden a los clientes a superar periodos de restricción.
¿Cómo pronostican que será el año 2018 para ustedes?
En los últimos años el país ha pasado por una fuerte crisis, y, además del parón en las obras públicas, muchas de las comunidades de propietarios se han resentido porque numerosos vecinos y familias han sufrido el desempleo, y con ello ha habido impagos de cuotas, etcétera. Llevamos mucho tiempo adaptándonos y acompañando como hemos podido. Este año parece que las cosas van a ir a mejor, así que vamos a intentar volver a la senda de la modernización y la venta de productos y servicios.
Hablando de ventas, se tiende a pensar que una empresa industrial como la de ustedes, que no vende sus productos en el supermercado, debe invertir poco en marketing.
Es cierto que el sector de la elevación fue poco dado a la publicidad. Normalmente en aquellos sectores en los que el cliente nota que te necesita cuando algo se estropea hay menos inversión en marketing. Pero esto ha cambiado: por la dinámica propia del mercado y porque tenemos vocación de liderar el sector. Así que estamos publicitando, explicando y haciéndonos más visibles para lanzar el mensaje al mercado de en qué estamos trabajando, por qué y cómo lo hacemos. Sobre todo, el mensaje de facilitar y hacer más feliz la vida de las personas evitando problemas de movilidad.
Cuando ustedes se comparan con otras áreas de Europa, dentro de su misma compañía, ¿cómo se ven?
Tenemos la suerte de que España es un mercado muy maduro. Contamos con un gran número de instalaciones por habitante, porque ha sido un mercado explotado durante muchos años, cuyo urbanismo ha implantado masivamente los edificios con ascensores, y cuyas políticas de bienestar hacen que la movilidad, tanto en edificios como en la calle, sea tenida en cuenta incluso a nivel legal. A medida que pasan los años la media de edad demográfica es mayor y eso hace que nuestro negocio sea cada vez más importante, ya sea a nivel particular como en los barrios. Aquí hay toda una tradición de gestión de la movilidad y somos uno de los principales países del mundo en ascensores instalados.
Para muchos, uno de los retos de esa movilidad ha sido la superación de barreras arquitectónicas. ¿Para ustedes también?
Tanto en los espacios públicos como en los edificios privados se pueden encontrar muchas barreras. En el caso de Barcelona, por ejemplo, nos encontramos con una situación muy típica: muchos edificios cuentan con ascensor, pero éste no se encuentra en la cota cero, a nivel de calle, y hay que salvar unos primeros escalones para acceder a él. Esto se puede salvar de distintas maneras. Una de ellas es con una rampa salva-escaleras. Otra es realizar una obra civil para bajar el nivel del ascensor a la cota cero. También tenemos edificios sin ascensor y hay que buscar el lugar donde instalarlo. Si cabe por el hueco de la escalera, lo ponemos allí. Si no, hay que ir por el patio del edificio o por la fachada, si se da la situación. Todo este tipo de soluciones se lo ofrecemos al mercado, de manera complementaria a la instalación y el mantenimiento.
¿Es cierto ese mito que dice que un solo vecino puede parar la instalación de un ascensor en una comunidad?
Yo haría la pregunta al revés: ¿un vecino que necesita ascensor por problemas de movilidad tiene derecho a pedirle a su comunidad que contemple esa necesidad?
Cierto. Cambio de tercio. Sabemos que ustedes fabrican ascensores que, además de subir y bajar, pueden desplazarse lateralmente.
En nuestra compañía tenemos vocación de liderazgo y de transformación del sector. Así que, además de atender a clientes y hacer mantenimiento, dedicamos tiempo a pensar en el futuro. En este sentido estamos trabajando en conceptos de Industria 4.0, o, como usted menciona, en productos nuevos. El caso del ascensor “multi”, que es el que eleva y desplaza, ofrece una respuesta a lo que nosotros pensamos que serán las necesidades del mundo en 2050.
¿Qué necesidades serán esas?
Hoy en el mundo viven 7.500 millones de habitantes. En 2050, según los estudios, habrá 10.000. La concentración de población en las urbes se hará mayor. Tendremos que prepararnos para vivir en edificios cada vez más altos, porque no habrá más suelo donde construir. Aquí es donde entrará el concepto de la movilidad horizontal, además de en vertical.
Nosotros hemos aplicado la misma tecnología de levitación magnética que mueve el tren de alta velocidad japonés al desplazamiento de un ascensor. Y lo hemos hecho en nuestro “Innovation Center” de Asturias, donde obtuvimos un prototipo que luego llevamos a una torre de pruebas de la compañía en Alemania. De hecho, ya hay un contrato para un edificio de oficinas en Berlín.
Uno pensaba que esto se iría antes a Emiratos Árabes o a Qatar, que a Alemania.
Sin duda, estos serán algunos de los mercados que más demandarán este tipo de productos. Tienen ciudades con construcciones más verticales de las que tenemos aquí.
También se suele tener una visión de Asturias como un lugar bonito, rodeado de naturaleza y tal vez bucólico. Y ustedes, en cambio, tienen un centro de alta innovación allí.
Tenemos diversos de ellos repartidos por todo el mundo. En el caso de la península ibérica está en Gijón, juntamente con la Universidad Laboral. La razón es que está muy cerca de nuestra fábrica de escaleras mecánicas de Mieres.
La Internet de las Cosas es uno de los conceptos más prometedores para todo el mundo. ¿Lo es para ustedes?
Nos esforzamos por anticipar cualquier problema. Esa es nuestra mejor garantía de satisfacción al cliente. Y, en vistas a eso, hemos alcanzado un acuerdo con Microsoft para instalar una solución específica en nuestros ascensores. Se llama MAX y es un sistema que recoge toda la información que genera el ascensor y la sube a la Nube. Esto incluye: paradas, movimiento, frecuencias… Los datos se procesan y se analizan y con ellos se generan algoritmos que nos llevan a poder hacer mantenimientos predictivos del equipo. Es decir, que nuestros técnicos, con la información que les llegue al dispositivo móvil, podrán saber cómo está el ascensor al que deberán dirigirse, sin esperar a que se pare o que quede sin servicio.
Su empresa, además de los empleados, debe generar un fuerte impacto económico indirecto, dando ocupación a toda una industria periférica.
En mi dirección territorial tenemos una plantilla de 480 empleados. De ellos, la gran mayoría son técnicos. Pero también contamos con numerosos subcontratistas que nos ayudan en proyectos especiales o de obra civil. Así que, sin duda, estamos creando más actividad económica en nuestro territorio.
Una pregunta capciosa: ¿sabe usted por qué siempre que te encuentras con un vecino en el ascensor acabas hablando del tiempo? ¿No habría manera de cambiar el entorno de un ascensor para propiciar una mejor comunicación?
La reflexión es muy interesante. Al igual que ha pasado con los coches y las neveras, los ascensores han ido mejorando. En el mundo actual, donde el usuario tiene acceso a información ilimitada y actualizada de lo que pasa en el mundo, el propio equipo puede integrar paneles informativos. Y nuestro cliente puede publicitar sus productos, dar información, comunicar cosas… Este es un modo de mejorar el producto.
Otra solución sería hacer que los ascensores fueran supersónicos y que no diera tiempo a pedir ni la hora.
No sería preciso denominarlo así, pero en edificios muy altos, como la Torre de la Libertad de Nueva York, que se encuentra en la “Zona cero”, hay ascensores que, además de ir muy rápidos, te permiten hace un viaje por la historia de la ciudad a partir de la información proporcionada en los paneles. Subes pisos y te va contando como es la ciudad desde el inicio hasta el día de hoy.
Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la UAB, a lo largo de los años Esteve Oró ha ido completando su formación directiva en ESADE, IESE e Instituto de Empresa. Desde el inicio de su carrera profesional se centró en el liderazgo de equipos humanos. Comenzó en Sumasa, la empresa de servicios de Caixa Bank, siguió en Ferrovial, gestionando los servicios en Catalunya y Aragón y, desde hace más de 7 años, trabaja en Thyssen Krupp Elevadores, donde lidera al equipo que fabrica, instala y mantiene un parque de miles de elevadores y ascensores.
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