La economía está en recesión. El dinero no está fluyendo como hace algunos años. Nuevos negocios son difíciles de encontrar. Los potenciales clientes no están tocando a tu puerta o saturando tus líneas telefónicas. La único "seguro" acerca de tus clientes más antiguos es que sus órdenes de compra serán más pequeñas y menos frecuentes.
Si tus estrategias y acciones para identificar y desarrollar nuevas oportunidades de negocio no están funcionando. ¿Qué vas a hacer al respecto? Hay muchas cosas que podrías hacer.
– Puedes incrementar tus actividades de marketing para identificar más clientes potenciales.
– Puedes ofrecer a tus clientes actuales un incentivo para acelerar sus órdenes de compra
– Puedes pedir a tus clientes actuales que te proporcionen referencias de nuevos clientes potenciales
– Puedes hacer llamadas o visitas de prospección
– Puedes llamar a tus clientes actuales y buscar formas adicionales para darles un valor añadido.
¿Te parece difícil decidir qué estrategia sería la más efectiva, la que traerá resultados rápidamente, o que genere mayores efectos? Deja de pensar en ello. Seguir "pensando en ellos" es como si le permitieras a un potencial cliente que "lo pensara" en una decisión de compra. Los dos te llevan al mismo lugar – A NINGUN LADO.
No tomar una decisión es una decisión: Una decisión de no hacer NADA.
¿Tienes miedo de tomar la decisión incorrecta y tal vez hacer que las cosas empeoren? Sería maravilloso si cada decisión que tomas fuera la decisión "correcta".
Pero algunas decisiones "correctas" no se alcanzan hasta que primero pruebas las decisiones "incorrectas". Cada decisión "incorrecta" inevitablemente deja una lección, que si es aprendida, hace que la próxima decisión sea potencialmente mejor que la anterior.
A pesar de las lecciones que hayas aprendido antes de llegar a la decisión "correcta", al tomar la decisión de hacer ALGO, empiezas el proceso de ir hacia adelante y progresar. Así que, deja de PENSARLO, toma una decisión y empieza a ACTUAR.
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