El Tablero de Indicadores de Cambio Climático pone de manifiesto que evitar los daños físicos del cambio climático puede reportar beneficios considerables
11 de diciembre
Asegurar un futuro con menos emisiones de carbono no solo es necesario, sino que también es bueno para la economía, según se desprende de los últimos escenarios climáticos de la Red de Bancos Centrales y Supervisores para la Ecologización del Sistema Financiero (NGFS, por su sigla en inglés), un grupo de 127 bancos centrales y supervisores financieros que trabajan para controlar los riesgos climáticos e impulsar las inversiones verdes.
La publicación de los datos de la NGFS coincide con la reunión de líderes mundiales en Dubái con motivo de la 28.a Conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, conocida como COP28, con el objetivo de alcanzar un acuerdo sobre cómo evitar el sobrecalentamiento del planeta.
Como se observa en el gráfico de la semana, una transición ordenada a un nivel de cero emisiones netas antes de 2050 se traduciría en un producto interno bruto un 7% superior al que se alcanzaría con las políticas actuales.
Según la Organización Meteorológica Mundial, este año será el más cálido jamás registrado. Aunque la temperatura aumenta de forma desigual según el rincón del planeta, en promedio se sitúa 1,2 ºC por encima de los niveles preindustriales.
Los riesgos económicos y financieros también van al alza. Los modelos de la NGFS muestran que las sequías y las olas de calor son la fuente principal de riesgos en las distintas regiones. En concreto, los países de Europa y Asia son los más expuestos a las olas de calor, mientras que los de África, América del Norte y Oriente Medio son los más vulnerables a las sequías.
La transición a una economía con bajas emisiones de carbono tendrá efectos negativos sobre la demanda debido al alza de los precios del carbono y los costos energéticos. Estos, sin embargo, pueden compensarse en parte mediante la devolución de los ingresos procedentes del carbono a través de inversiones públicas y una reducción de las cotizaciones de los trabajadores. Fundamentalmente, la rebaja de las emisiones reducirá el impacto físico del cambio climático, con lo cual disminuirán los costos macroeconómicos.
Para realizar la transición a una economía de cero emisiones netas se requerirán cuantiosas inversiones en electricidad verde y almacenamiento de energía. La forma en que las distintas economías abordarán esta inversión obliga a hacer concesiones en materia de políticas, como se detalla en la edición de octubre del Monitor Fiscal.
La NGFS se creó en 2017 con el propósito de fortalecer la respuesta mundial para cumplir los objetivos del Acuerdo de París y ayudar al sistema financiero a gestionar los riesgos. Los escenarios climáticos, acordes con las mejores prácticas internacionales, complementan los de otras organizaciones internacionales, como el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático y la Agencia Internacional de Energía.
El FMI es una de las 20 organizaciones internacionales que participan como observadores en la NGFS y contribuye activamente al diseño y análisis de escenarios. El FMI permite seleccionar y visualizar los principales indicadores de los escenarios de la NGFS desde el Tablero de Indicadores de Cambio Climático.
Autor: Jens Mehrhoff
Fuente: IMF