Parece que en nuestras vidas solo hay sitio y tiempo para las preocupaciones de índole material, crisis, paro, inflación, desplome de bolsas, rescate a Grecia y un largo etcétera.
Existen otras realidades de las que nadie o solo los afectados se hacen eco. Es lamentable pensar que a uno no le duele hasta que le toca. Dicho de otra forma para que nos vamos a preocupar de algo que no nos ataña.
No pretendo hacer una crónica triste, bien al contrario desde aquí deseo rendir un profundo y sentido homenaje a David Raya, así como a sus padres que como muchos, han dedicado su vida y todas sus fuerzas a la lucha por la vida de su hijo David.
Le conozco desde su nacimiento y hasta que le diagnosticaron la enfermedad en su tierna infancia: Fibrosis Quistica, (enfermedad pulmonar) ha sido una lucha titánica, contra el tiempo y los elementos.
Su padre Celestino, ha movido cielo y tierra, se ha implicado y sigue luchando desde el dolor como presidente de la Asociación de Enfermos de Fibrosis para conseguir ayudas que tanto se hacen esperar para dedicarlas a investigación de esta enfermedad muy extendida y poco conocida. Hace 30 años la esperanza de vida era de unos 15 años, y hoy se sitúa en los 30, pero con una calidad de vida desesperante.
David a pesar de estar arropado por un gran equipo de médicos e investigadores que le animaban diciéndole que se estaba avanzando en investigación, para llegado el día realizarle un trasplante de pulmones.
No pudo ser y el 16 de Abril a los 29 años nos paso el testigo.
David tuvo que luchar duro en su cotidianidad, y una de sus últimas peticiones para afrontar uno de tantos problemas con los que se encontraba fue acudir a la Comisión Europea para denunciar esta gran injusticia:
David explicó que debido a su enfermedad tomaba diariamente más de 40 pastillas y muchos medicamentos líquidos. Un día después de la entrada en vigor sobre las restricciones de llevar líquidos a bordo, debía volar de Berlín a Barcelona. En el aeropuerto Berlínes le sometieron a controles "muy exhaustivos" y "muy humillantes", según reza en su denuncia.
"Mis insulinas, mis antibióticos, mis aerosoles y mi máquina de vaporizar la medicación se habían convertido de la noche a la mañana en armas de destrucción masiva y yo en un supuesto yihadista con un master en química para poder mezclar todos mis medicamentos y crear un explosivo", declaro ante los eurodiputados.
Ha explicado que, por su condición de diabético, lleva siempre consigo una lata de Coca-Cola para recuperar los niveles de azúcar en la sangre. "En algunos aeropuertos, la Coca-Cola ha podido subir conmigo y en otros ha sido declarada peligrosa y sospechosa de terrorismo", comentaba. Además, cada vez que coge un avión debe mostrar a la Policía y a los vigilantes de seguridad un historial médico que "es confidencial o debería serlo".
David, en tu memoria, y solidaridad con tus padres, animo desde aquí a todos para seguir con tu lucha y la de tantos y conseguir todas las ayudas necesarias para que la Fundación Catalana contra la Fibrosis Quistica pueda seguir avanzando con el deseo de salir vencedores de esta batalla.
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