La IA aumenta la demanda de directivos y redefine sus competencias

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El análisis de la evolución de las ofertas de empleo sugiere que el criterio humano es clave para aprovechar la capacidad de la IA para analizar datos, la creatividad y la resolución de problemas.

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La antigua disyuntiva entre escala y personalización está desapareciendo a medida que la IA permite a las empresas generar contenido personalizado de alta calidad a una velocidad sin precedentes. Pero esta transformación no se produce de forma automática: requiere directivos que comprendan el potencial de la IA y puedan idear estrategias para aprovecharlo de manera eficaz. La IA no reemplaza al directivo, sino que exige un nuevo tipo de liderazgo, en el que el criterio humano y la visión estratégica son cruciales para lograr el éxito.

Así lo apunta la investigación de Liudmila Alekseeva, de la Universidad Católica de Lovaina, junto con José AzarMireia Giné y Sampsa Samila (IESE), según la cual la IA está empujando a las empresas a contratar a más directivos. Tras analizar 375 millones de ofertas de empleo en Estados Unidos entre 2010 y 2022, los autores observaron un aumento en la demanda de puestos directivos por parte de las empresas que habían adoptado sistemas de IA. Al parecer, los directivos ahora desempeñan un papel crucial a la hora de guiar la integración de la IA en los flujos de trabajo y de elaborar estrategias que aprovechen su potencial al tiempo que protejan contra sus limitaciones.

Mayor demanda de directivos

Durante años se ha especulado que la IA reduciría la necesidad de directivos al automatizar tareas repetitivas. Pero esta investigación muestra que ocurre lo contrario: por cada aumento de un punto porcentual observado en la adopción de la IA, se producía un aumento del 2,5% al 7,5% de las vacantes de directivos totales y un aumento del 0,4% al 1,4% en la proporción de directivos.

La razón es sencilla: la IA, aunque rápida y potente, sigue necesitando del criterio humano. Es una herramienta que permite a los trabajadores realizar tareas más rápido y, a veces, mejor. Para aprovecharla, se necesita un criterio adecuado que permita entender qué trabajos deberían realizarse o cuáles no.

Los directivos son clave en la supervisión de la integración de la IA en los flujos de trabajo y en la gestión tanto de la IA como de los equipos humanos. En algunas empresas minoristas, por ejemplo, la IA puede predecir las preferencias de los clientes y optimizar los niveles de inventario. En estos casos, es responsabilidad de los directivos garantizar que la información proporcionada por la IA se utilice de manera eficaz, ya sea a la hora de implementar dicha información, haciendo modificaciones para que esta se ajuste a la realidad o formando a los empleados para que puedan trabajar con IA.

Cambio de las competencias requeridas

La capacidad de la IA para analizar grandes cantidades de datos, predecir tendencias y proporcionar información aporta un nuevo nivel de sofisticación (y de riesgo potencial) a los procesos organizacionales. Este cambio crea un desafío único: si bien la IA puede acelerar las tareas rutinarias e incluso algunas funciones de alto nivel, aún requiere del criterio humano para garantizar que su uso se alinee con los objetivos organizacionales, los estándares éticos y una toma de decisiones debidamente ponderada. Como resultado, el papel de los directivos está comenzando a orientarse más hacia habilidades cognitivas e interpersonales.

Esto se debe a que los sistemas de IA no pueden activarse y luego desentenderse de ellos. Requieren ajustes, supervisión y valoraciones éticas constantes, lo que añade una nueva complejidad al lugar de trabajo. Los directivos se encuentran ahora en la tesitura de tener que navegar en este nuevo contexto y se espera de ellos que sobresalgan en áreas como el análisis de datos, la creatividad y las habilidades para la resolución de problemas.

  • Análisis de datos. Aunque la IA procesa grandes volúmenes de información, los directivos son responsables de interpretar estos datos y tomar decisiones estratégicas fundamentadas.
  • Creatividad. Los directivos se enfrentan a desafíos sin precedentes para coordinar las fuerzas de trabajo humanas y de la IA, algo que requiere más creatividad que nunca. Por ejemplo, es probable que el directivo deba encontrar soluciones y maneras innovadoras de que los empleados aprovechen las herramientas de la IA de manera eficaz, traduciendo la información en bruto en medidas prácticas que beneficien a la empresa.
  • Solución de problemas. La IA también presenta desafíos relacionados con sesgos en los datos, así como dilemas éticos que los directivos deberán abordar. Esto incluye garantizar que la IA complemente, pero no reemplace, a las personas, y que se use para mejorar la creatividad humana y la resolución de problemas. Las cuestiones éticas acerca de la privacidad de los datos asociados con la adopción de la IA convierten la gestión de las distintas partes interesadas en una prioridad. Los directivos deben mantener una relación sólida tanto con los equipos internos como con los socios externos para garantizar que los sistemas de IA se alineen con los estándares regulatorios.

Este cambio en la demanda y las habilidades de los directivos se refleja en la remuneración. Las empresas que adoptan la IA tienden a ofrecer salarios más altos para sus puestos directivos, lo que indica el valor creciente que se les otorga.

¿Qué significa esto para los líderes empresariales?

Los efectos de la implementación de la IA en la demanda de directivos dependen de la naturaleza de la empresa y del sector en que opera.

Durante décadas, las tecnologías digitales (como los ordenadores personales, internet, los servicios en la nube) y las aplicaciones de gran tamaño (como los sistemas ERP) han permitido a las empresas optimizar la comunicación y automatizar tareas rutinarias. Dichas herramientas brindan a los empleados información en tiempo real, lo que agilizó la toma de decisiones y redujo la dependencia del criterio de los directivos. Esta descentralización permitió a las empresas bajar costes y aumentar su agilidad, reduciendo la necesidad de algunos niveles de directivos a la hora de asegurar la eficiencia operacional. El resultado de que muchas organizaciones hayan adoptado estructuras más horizontales es que los directivos tienen a su cargo equipos más grandes, lo que conlleva implicaciones si ahora tienen que añadir a sus tareas la supervisión de la IA.

También se dan casuísticas distintas según el sector. Por ejemplo, el mayor aumento en la demanda de personal directivo debido a la adopción de la IA se ha producido en la industria manufacturera. Dado que las herramientas de IA mejoran los procesos de producción y la gestión de la cadena de suministro, se necesitan directivos que supervisen sistemas complejos impulsados por la tecnología sin dejar de lado un criterio humano que aporte las matizaciones necesarias. En cambio, el sector financiero parece menos proclive a aumentar la demanda de personal directivo, posiblemente porque las empresas financieras ya ostentan un alto grado de automatización y toma de decisiones basada en datos.

En cualquier caso, es importante prepararse para un futuro en el que los directivos vayan a ser actores clave para garantizar que la integración de la IA beneficie a la empresa en su conjunto.

Para conseguirlo, las empresas deberían invertir en la formación de los directivos en habilidades blandas como la comunicación, la inteligencia emocional y la creatividad. La IA debería entenderse como una herramienta que mejora, pero no reemplaza, el criterio humano. Los directivos son esenciales para asegurar que esas herramientas se utilicen de manera ética y eficaz.

La clave también estará en fomentar equipos híbridos que incluyan humanos e IA. El papel cada vez más importante de la IA en las empresas creará una nueva dinámica entre las personas y la inteligencia artificial, y esto requerirá estrategias de dirección flexibles. Las empresas deberán coordinar a los equipos humanos con los sistemas de IA, interpretar los resultados de la IA y asegurarse de que estos estén alineados con los objetivos de la organización.

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José AzarProfesor de Economía en el IESE y en la Universidad de Navarra. Está especializado en cuestiones de defensa de la competencia, gobierno corporativo y ha investigado sobre la concentración del mercado laboral.
Mireia GinéProfesora y directora del Departamento de Dirección Financiera del IESE. Está especilizada en gobierno corporativo, activismo accionarial, fusiones y adquisiciones, compensación ejecutiva y fintech.
Sampsa SamilaProfesor de Dirección Estratégica y director de la iniciativa “AI and the Future of Management”. Su área de interés se centra en cómo tecnologías como la IA permiten nuevos modelos de negocio, las capacidades necesarias para ofrecer valor y cómo la mentalidad de los ejecutivos debe adaptarse a los cambios.

Fuente: IESE

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