La revista Labores nació en el año 1926 con una temática muy especializada: punto, ganchillo, punto de cruz y costura. Como acostumbra a suceder, los inicios no fueron muy boyantes y doce años después, en plena guerra civil, se interrumpió su publicación. Pero a principios de los cincuenta, hubo un segundo intento y hoy, medio siglo más tarde, su filosofía continúa siendo la misma de siempre. En los últimos años, Labores del Hogar se ha convertido en la matriz de otros magazines dedicados al mundo de la moda: Labores Colección, Ideas y Puntos, Labores extras… Su publicación corre a cargo del grupo suizo Edipresse, instalado en varios países del continente europeo. Hoy hablamos con su actual directora, Eulalia Ubach.
¿A qué es debido el retroceso que han sufrido las mercerías en los últimos años?
El problema de las mercerías, en las grandes ciudades, es la situación física. No hay espacios y los balances de facturación e impuestos, casi siempre son negativos, por lo que son tiendas poco rentables. Asimismo, las nuevas generaciones trasladan su zona de compra hacia grandes centros comerciales, como Ikea, por lo que las mercerías deberían hacer la conversión y trasladarse a estos grandes centros de compra para conseguir reflotar.
Sin embargo, parece difícil que una publicación tan bien asentada en nuestra sociedad como Labores del Hogar pueda quebrar…
Nuestra gran operación de marketing es tener otras revistas que cubren la espalda de Labores. Hoy en día, Labores sigue siendo la revista más vendida dentro de nuestro sector, pero sin embargo hemos bajado el número de ventas. Este dato no nos preocupa, porque lo que denominamos el grupo Labores mantiene una cuota de mercado del 85%. Es decir, cuando el lector se cansa de comprar una revista, adquiere otra de nuestro mismo grupo. La gente tiende a la fidelización con un grupo, aspecto que nos beneficia.
¿El precio de las revistas es un factor clave para el consumidor?
El precio no es un factor de venta. Nuestra revista se compra básicamente por dos motivos, el primero sería para obtener ideas. Otra razón es que las ideas que ofrecemos se puedan lucir. Por poner un ejemplo, nuestra revista más asequible es también la que más dificultades tiene para ser número uno.
¿Cómo valora el auge que se ha producido en los últimos años de regalar todo tipo de objetos con determinadas publicaciones?
Nuestro magazine incluye a veces algún tipo de complemento, pero siempre está relacionado con el mundo de las labores. El sector está formado por fabricantes muy importantes, como Coats Fabra, que invierten mucho tiempo y dinero en investigación de nuevos productos. A raíz de esto, nosotros les ayudamos a proyectar todos estos nuevos artículos.
El tema de las labores parece que cada vez está más olvidado por las nuevas generaciones…
En mi época, las labores estaban muy arraigadas en nuestra sociedad. Se estudiaban como una asignatura más durante el bachillerato y, en mi opinión, se deberían incluir como créditos variables en la E.S.O.
¿Cuántas personas están en España relacionadas con el mundo de las labores?
Nuestro último Estudio General de Medios, señala que la publicación Labores del Hogar nos da una difusión de 400.000 personas, lo que significa más o menos el 10% de la población nacional. Bien es cierto que todas las publicaciones del grupo Labores contienen esta palabra en su nomenclatura, de ahí estos resultados.
¿Está todo inventado en el mundo de las labores?
No. Detrás de todo lo que se realiza tiene que haber diseño, si no es prácticamente imposible llegar a despuntar en nuestro sector. Hoy en día se está trabajando con diseños de principios de siglo. Si el lector compara una revista de ahora y otra de los inicios de Labores del Hogar, observará que muchos de los diseños y plantillas son similares. En Alemania se está dando el caso contrario: se está insertando un nuevo tipo de diseño más moderno.
¿Tienen algún tipo de estrategia de comunicación para conseguir captar nuevos lectores?
La mejor forma de atraer nuevos seguidores es conseguir que acudan a exposiciones sobre, por ejemplo, punto de cruz. Y, una vez allí, se convenzan a si mismos que ellos también pueden realizar esas labores.