Marcelo González

Fundador y CEO de Veritran

Banca futura

“Existe una demanda infinita de transformación digital”


Marcelo González pronostica que la tecnología biométrica limitará la necesidad de cajeros automáticos y sucursales bancarias en 5 años

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Salvando la distancia transoceánica, hoy conversamos con un visionario del sector Fintech. Desde Buenos Aires, Argentina, nos responde Marcelo González, fundador de VeriTran, solo unas pocas semanas después de iniciar el desembarco de su compañía en España.

VeriTran es un proyecto que arrancó en 2005, cuando no existían ni las apps, ni la banca móvil, ni Internet era lo que es hoy. Pero ustedes se olieron lo que iba a pasarnos 15 años después.
En aquel momento todo el mundo pensaba en una banca móvil, pero por SMS, es decir, los populares mensajitos. Nosotros comenzamos a crear aplicaciones para teléfonos móviles. Solo una universidad danesa y el Bank of America tenían proyectos para crear apps en aquel momento. La verdad es que era muy difícil hacerlo entonces.

¿Por qué?
Porque cada aparato de teléfono móvil era muy distinto y cada marca tenía su propio sistema operativo. Así que creamos un programa para casi cada modelo disponible en el mercado. En total, más de 40 programas que funcionaban en 300 modelos distintos de celular. Pero lo bueno de cada uno de esos 40 es que interpretaban la misma configuración de negocio.
Entonces las plataformas Android e IOS (de Apple) todavía no eran mayoritarias.

Creamos un programa para casi cada modelo disponible en el mercado. En total, más de 40 programas que funcionaban en 300 modelos distintos de celular

Ese mismo concepto lo trasladamos en el tiempo y lo que hoy presentamos es una plataforma Low Code, que no hay que programar. Formalmente se asemeja más a un PowerPoint que un usuario puede operar arrastrando íconos y ordenándolos en una secuencia. Y que funciona tanto en Android como en IOS.
Podemos construir soluciones de negocio sin necesidad de programadores. Lo único necesario son personas que tengan en la cabeza una lógica de negocio. Pienso que fuimos muy precursores.

Podemos construir soluciones de negocio sin necesidad de programadores. Lo único necesario son personas que tengan en la cabeza una lógica de negocio

Para los neófitos, ¿qué significa el concepto Low Code?
Nosotros creemos que existe una demanda infinita de transformación digital. Era enorme antes de la pandemia y ahora se ha acelerado. Pero la respuesta de la industria tecnológica a esa demanda creciente es casi artesanal. Es como si usted solicitara un automóvil y la industria le enviara las piezas a su casa, junto a 10 ingenieros que estuvieran trabajando durante un año hasta que le armaran el coche.
Hemos contado que se programan miles y miles de veces los mismos elementos: pantallitas, interfases, geoposicionamiento, etcétera. La industria lo crea una y otra vez para cada cliente o negocio, y luego lo ensambla. Bueno, pues nuestra plataforma permite armar toda esa experiencia de usuario sin necesidad de programadores o de perder ese tiempo.

De acuerdo. Y así lograron penetrar en el mercado de América Latina. Pero han decidido llegar a Europa a través de Barcelona. Cuéntenos.
Elegimos España como un soft landing para el mercado europeo. En nuestro equipo hay muchas personas de habla hispana. Es un país en el que nos sentimos muy cómodos y es una de las principales economías europeas. Nuestra intención es crear en Barcelona un hub de desarrollo e implementación importante, para alcanzar el resto del mercado continental. Será el tercero que tengamos, junto al de Buenos Aires y el de Pereira (Colombia).

Nuestra intención es crear en Barcelona un hub de desarrollo e implementación importante, para alcanzar el resto del mercado continental

El BBVA es una de las grandes referencias bancarias que han apostado por ustedes.
Es muy importante que así haya sido. Y lo es por la velocidad de la innovación. Le cuento un pequeño ejemplo. Aquí en Argentina, cuando comenzó la pandemia, uno de los bancos locales decidió sacar al mercado una billetera electrónica. Era un proyecto en el que había estado trabajando y que tenía en etapa embrionario. Les ayudamos y, en menos de un mes, la consolidamos con un onboarding digital. El banco logró captar 2,5 millones de nuevos usuarios en este tiempo, gracias a esa velocidad de respuesta.
Nuestra plataforma permite esto: un time to market envidiable. Y con un nivel de seguridad muy importante. Nosotros hemos nacido con unos esquemas de seguridad. No somos una empresa de tecnología que se acercó a la banca, sino que la seguridad forma parte de nuestro esquema. Ayudamos a cualquier institución financiera a incorporar nuevas características rápidamente. E incluso le podemos suministrar los componentes necesarios para que su gente pueda construirlas sin necesidad de programar.

Son una empresa nacida en Argentina, poco después de un ‘Corralito’. En menos de 20 años se han convertido en una empresa global. Seguro que les ha costado mucho esfuerzo.
Ha sido dificilísimo. Por un lado, están los viajes. Yo mismo me paso más de la mitad de la vida en el hemisferio norte. Y parte de mi equipo también. Por otro, los estereotipos. En Europa, porque somos del sur de América. En América, porque somos argentinos… Hemos tenido que combatirlo todo. Pero solo se vence demostrando lo mucho que cumples, lo responsable que eres y la humildad con la que atiendes a los clientes. Entonces los estereotipos desaparecen. Y la distancia también.
Y qué decir de la ausencia total de financiación. Jamás recibimos aporte alguno de inversores hasta la fecha… Bueno, ahora estamos un poco más cerca, al expandirnos por Europa y por Brasil.

¿Los fundadores siguen teniendo el 100% de la propiedad, pues?
Somos propietarios junto a los empleados. Verá, tenemos una forma de retención del talento que consiste en ir acumulando puntos en función del tiempo que los empleados permanecen y de su desempeño. Así que, tras un año de estancia, todos los empleados pasan a ser socios de la compañía.

Tenemos una forma de retención del talento que consiste en ir acumulando puntos en función del tiempo que los empleados permanecen y de su desempeño. Tras un año de estancia, todos pasan a ser socios de la compañía

Eso sí que suena motivador para los empleados.
Así es. Nosotros pensamos que lo más valioso que tienen las personas es su tiempo. Y en la medida en que lo comparten con nosotros para hacer progresar la compañía pensamos que debemos retribuirlo, más allá de pagarles un salario. Queremos que sepan que son parte de un proyecto global del que van a beneficiarse hoy y también mañana. Eso hace también que cuando llegan nuevas personas, los demás los vean como que vienen a aportar valor para todos. Hasta el día de hoy nos ha funcionado muy bien.

Hablemos del servicio. Una vez lo han vendido a un cliente, ¿cómo lo personalizan?
Contamos con cuatro modelos de colaboración con los clientes. Unos lo hacen todo por su cuenta. Otros, al contrario, nos piden que les hagamos todo nosotros. El tercer grupo es el de los clientes con quienes trabajamos a medias en cada proyecto. Finalmente hay clientes que contratan a algunos de nuestros partners para que les revise el proyecto.
Para nosotros la personalización es entregar, exactamente, lo que cada cliente necesita. Un banco como BBVA nos pide una funcionalidad en concreto y nosotros la adaptamos o creamos, según sea el caso.

Tras todos estos años trabajando en Fintech, ¿cuáles diría que son los principales avances que están por llegar?
Creemos que el celular será el origen de toda la vinculación entre el cliente y la empresa, ya sea institución financiera o de otro tipo. Es allí donde nace el cliente, digitalmente. Y a partir de ese momento se generan unas experiencias de usuario.

Creemos que el celular será el origen de toda la vinculación entre el cliente y la empresa, ya sea institución financiera o de otro tipo

También pensamos que pronto no se pagará en los comercios ni con dinero en metálico, ni con tarjeta, ni siquiera con el celular. Tan solo con el rostro, a través de técnicas de biometría. Algunas instituciones bancarias están muy avanzadas y ya están pensando en este sistema. Otras son más anticuadas y siguen pidiéndote que te persones en la sucursal bancaria para abrir una cuenta corriente.

Pronto no se pagará en los comercios ni con dinero en metálico, ni con tarjeta, ni siquiera con el celular. Tan solo con el rostro, a través de técnicas de biometría

Un tercer tipo de cambio será el de la integración entre dispositivos. Cada vez será mayor. Por ejemplo, si un cliente trabaja desde su ordenador, hasta ahora necesitas también un teléfono móvil para autenticar tus operaciones. Creo que pronto podremos gestionar ese problema de manera más ágil y sin necesidad de claves pesadas o códigos de seguridad.

En las ciudades españolas han desaparecido un gran número de sucursales bancarias y de cajeros. ¿El futuro es que desaparezcan todas?
La tecnología necesaria para poder retirar dinero de un cajero automático ya es la misma que para poder retirarlo de un comercio. Igualmente, los comercios tienen cierto reparo en manejar efectivo, o incluso costes. Por ejemplo, tienen que pagar a compañías de seguridad que vayan a las tiendas a buscar las recaudaciones y guardarlas en el banco.
Si la gente tiene la posibilidad de acceder a operativas sencillas, como por ejemplo retirar 300 euros de una tienda simplemente mostrando su cara en un comercio, la inversión en infraestructura de cajeros y sucursales mermará sin duda. Quedarán algunas para los grandes negocios, pero ya no serán la base de un modelo de atención masiva del público.
La biometría será parte de ese futuro, entonces.
Y lo bueno es que esa tecnología ya está disponible, en nuestros teléfonos móviles. Ni siquiera necesitamos comprarnos un lector biométrico. Con el simple hecho de enfocar mi cara en la cámara del móvil, ya podría autorizarse una transacción.
Parece muy fuerte, pero vamos directos a eso. La tecnología se perfecciona y abarata cada vez más. Hoy quizás todavía no sea rentable, pero la curva de costes se reduce y estamos a un paso de poder hacer todos los pagos de una manera más fácil y segura. Diría que en unos 3-5 años eso será factible.

¿El catálogo comercial de VeriTran se limita a un producto único, o tienen más?
Nosotros tuvimos que reinventarnos varias veces. Esa es, precisamente, una de las cosas que más me apasionan de la empresa. Es lo que hace que tras 15 años siga aquí y me levante con ilusión todos los días. Al principio, cuando empezamos, las pantallas de los teléfonos móviles nos permitían apenas unas cuantas opciones. Luego vinieron los smartphones con opciones gráficas cada vez más complejas: cámaras, animaciones, biometría… Todo eso fue un cambio enorme.
Hoy trabajamos especialmente para la industria financiera. Pero la verdad es que nuestro producto puede desplegarse en cualquier industria que necesite ciertas credenciales de seguridad: por ejemplo, seguros, salud, retail, etcétera.

Además del BBVA, ¿cree que necesitan otro gran cliente, para llamar la atención de sus clientes en Europa?
Cuando llegamos a un país nuevo, siempre dedicamos un cierto tiempo a relacionarnos y a dar a conocer nuestra tecnología. Celebramos muchas reuniones con nuestros clientes y posibles prospectos. Y siempre hallamos a alguien que tiene interés. La cuestión es que siempre hay compañías que pusieron a trabajar a un equipo de 20 informáticos y que no lograron el éxito que querían. O que pasaron demasiado tiempo esperando a que esos informáticos terminaran la solución y, cuando lo hicieron, se les había avanzado la competencia. Nosotros creemos que la innovación es solo innovación cuando llega a tiempo. Así que a eso nos dedicamos.

A los 15 años tuvo su primer contacto con un cajero automático y se interesó por la robótica. Estudió Ingeniería de Sistemas y su primer empleo fue en la Red Cirrus, la principal red interbancaria y sistema de cajeros de Argentina, en aquel momento. Marcelo González trabajó en entidades bancarias liderando proyectos de banca electrónica comercial, justo en los primeros años de Internet. Aprendió a marchas forzadas de la fiebre de las puntocom e incluso perdió todo su dinero en 2001, con el Corralito. Tras un largo proceso administrativo, lo recuperó en 2005 e invirtió en la fundación de VeriTran junto a Daniel Attar, su socio. Ambos visualizaron un mundo regido por aplicaciones móviles, que no llegó hasta al cabo de diez años. Les dio igual: comenzaron a programar celulares con la idea de crear una aplicación única que sirviera para todos los modelos. Dos años después consiguieron el primer cliente importante y desarrollaron softwares punteros en el mundo. Fueron expandiéndose. Primero a México y luego toda Latinoamérica y Estados Unidos. Hoy cuentan con una empresa global de 250 empleados y 20 millones de usuarios por todo el mundo que trabaja con grandes clientes, como BBVA. En 2020 aterrizaron en España. Al momento de realizar la entrevista, Marcelo González llevaba casi seis meses en confinamiento en su casa de Buenos Aires. Se define como un “fanático” de River Palte y admirador de Messi.
combinó sus estudios internacionales con un trabajo completo de multinacional, despachando generadores eléctricos. En aquellos tiempos, explica que llegó a visitar la antigua Yugoslavia durante la Guerra de los Balcanes, para reponer equipos en centrales energéticas sometidas a bombardeo.
Conoció realidades diversas del mundo y aprendió que hay diversas escuelas de pensamiento muy buenas. Eso le hizo sentirse humilde. En estos años ha alimentado su interés por lo que sucede en el largo plazo y por lo que pasa en el corto. De ahí que decidiera crear Global Born, una firma de consultoría especializada en la internacionalización de escuelas de negocio, a la vez que mantiene activo su perfil como académico en diversas escuelas de negocio.

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