Armando Bojórquez es un reconocido empresario mexicano del sector turístico. Además de presidir una gran compañía de viajes, es el primer directivo de ACTUAL, la asociación latinoamericana de referencia en el sector. Hace unos días dedicaron su encuentro anual a analizar los estragos causados por la pandemia.
Usted lleva muchos años trabajando en el sector. ¿Alguna vez había pasado por una crisis tan importante como la actual?
Creo que estamos asistiendo a la peor crisis de la historia para el turismo mundial. Desde luego lo es para el turismo mexicano. Pasamos por una etapa crítica con hoteles cerrados, líneas aéreas con problemas graves y agencias de viajes a punto de quebrar. Se estima que un 40% de las aerolíneas, un 30% de los hoteles y las agencias pueden desaparecer. Es una de las situaciones más complejas que he visto.
¡Caramba!
Además, las empresas hoteleras, al menos aquí en México, tienen problemas con el pago de sus impuestos y créditos. Y muchas no pueden hacer frente a las prestaciones (por desempleo) de los trabajadores. A eso, súmele la competencia que los hoteles tradicionales estaban recibiendo por parte de AirBnB. Cada vez más gente pone sus casas a disposición de esta plataforma debido a la falta de dinero.
Cada vez más gente pone sus casas a disposición de AirBnB debido a la falta de dinero.
Pero lo peor de todo es que no nos vamos a recuperar fácilmente. Hay quien cree que la vacuna del COVID será la varita mágica que acabará con toda la crisis. Pero la situación económica global posterior a la pandemia será terrible. Una vez terminemos con el virus nos quedarán problemas económicos que impedirán a la gente viajar durante un tiempo y eso traerá nuevos problemas al sector. Además muchos cambios serán permanentes. Fíjese en el turismo business class, por ejemplo.
Hay quien cree que la vacuna del COVID será la varita mágica que acabará con la pandemia. Pero la situación económica global posterior a la crisis será terrible.
Debería ser menos sensible a los problemas económicos…
Sí, pero la gente se está habituando a hacer sus negocios a través de Internet. Las grandes ciudades como Madrid, Barcelona, México DF o Guadalajara, que vivían del turismo vacacional y del de negocios, sufrirán un doble problema.
En Barcelona tenemos grandes congresos, que normalmente atraían muchos visitantes.
A ese segmento se le denomina MICE (por meetings, incentives, congresses and events). Habrá una caída vertiginosa en ese capítulo. Estos próximos meses de abril y mayo, por ejemplo, está previsto que se celebren ferias turísticas como la de ANATO, en Colombia, o el FITUR de Madrid. No tengo claro que vayan a tener éxito: mucha gente que iba a acudir tiene miedo a viajar.
Mi impresión es que este año esas ferias no reunirán más que, como mucho, el 60% del público habitual. Muchas empresas que tenían presupuestado ir allí decidirán no hacerlo o, si lo hacen, se encontrarán con un 40% menos de asistentes con los que cerrar negocios. Creo que deberíamos ser realistas y decirles a quienes alquilan stands de feria que no van a encontrarse tanta gente como otros años.
¿Tiene alguna estimación de cuánto va a tardar el turismo en recuperarse?
Creo que el vacacional puede tardar entre dos y tres años. Y el de negocios tardará unos cinco. De aquí a que la gente vuelva a habituarse a lo presencial va a pasar mucho tiempo.
Lo virtual ha cambiado el escenario.
Y el hecho de que muchas personas hayan decidido salir de las grandes ciudades. Aquí nos está pasando. Muchos se han ido a vivir a las provincias, al interior del país. Ven que pueden trabajar desde casa por Internet y ocuparse de sus negocios virtualmente. Muchos decidirán regresar a su tierra de origen y volver a las capitales solo de tanto en cuanto.
Cabe decir que para grandes ciudades como México DF eso es bueno, porque había mucha saturación y vamos a ver a más gente marchándose que viniendo. Pero, en general, será malo para los negocios. El home office va a vaciar muchos edificios de oficinas.
Está claro. ¿Qué otros retos afectan al sector turístico?
Algo por lo que tendremos que trabajar muchísimo será la cuestión de la sostenibilidad. El medio ambiente ha sufrido un deterioro gigantesco en los últimos años y hay que recuperarlo. Mire, en Cancún hay una laguna que lleva mi apellido. Se lo pusieron en honor a mi padre, D. Alberto Bojórquez, considerado como el fundador de ese destino. Esa laguna es, tal vez, la más fotografiada del mundo. Y he creado un grupo de trabajo llamado RETO (“Rescate Ecológico con Turismo Organizado”) en el que colaborarán niños a través de un programa de Rescate Infantil Ecológico (“RIE”). Estoy invitando a fundaciones nacionales e internacionales para que se nos unan, porque hay que promover la sostenibilidad.
Y ¿qué sectores turísticos quedan todavía por desarrollarse?
Afortunadamente, sabemos que la gente sigue con ganas de viajar. Están desesperados por hacerlo. Y que el turismo de vacaciones no va a desaparecer… Por mucho que lo virtual se haya desarrollado, no es lo mismo tomarse un buen vino español o comerse un asado que verlo por internet… Así que podemos trabajar todo lo gastronómico a través del turismo rural o de naturaleza.
Por mucho que lo virtual se haya desarrollado, no es lo mismo tomarse un buen vino español que verlo por internet.
También tenemos el turismo inclusivo, que poca gente lo ha promovido. En muchos lugares del mundo no se han habilitado todavía espacios para que las personas que van en sillas de ruedas, por ejemplo, puedan disfrutar del turismo. Y debemos considerarlo como algo prioritario, porque es un mercado enorme. Se dice que de unos dos mil millones de personas.
Igualmente sucede con la tercera edad. Es un nicho de mercado que crece mucho. Son personas que tienen tiempo y, en muchas ocasiones, disponibilidad económica. Cuando viajan, suelen hacerlo acompañados, ya sea de sus parejas, de su familia o de amigos. Y lo mismo le diría con el turismo religioso: se hacen al año muchas peregrinaciones en todo el mundo para ir a lugares sagrados, para ver a vírgenes o a santos. Todas estas son modalidades que todavía tienen mucho desarrollo por delante.
Debemos considerar el turismo inclusivo como algo prioritario, porque es un mercado enorme.
Parece que el turismo masivo no está entre esos modelos de gran crecimiento. ¿Deberá reformularse?
Sin duda deberá cambiar. Hace unos días tuvimos en Cancún un grave problema: 150 estudiantes de graduación celebraron fiestas sin control. La mitad de ellos regresaron contagiados a sus lugares de origen. El turismo masivo debe cuidarse durante un buen tiempo, porque la vacuna no es la varita mágica, como antes le decía… En Estados Unidos, a pesar de tener medios y de imponer una vacunación masiva, siguen sufriendo rebrotes. Y la ciudad de París, tristemente, está yéndose hacia un reconfinamiento.
Yo creo que nos estamos apresurando en decir que hay que salvar la temporada de verano. No creo que 2021 nos traiga la solución. Lograremos mejores resultados que en 2020, sí, pero pienso que, como máximo, alcanzaremos el 50% del turismo de los años normales.
Yo creo que nos estamos apresurando en decir que hay que salvar la temporada de verano. No creo que 2021 nos traiga la solución.
Hace pocos días ACTUAL, la organización que usted preside, celebró su congreso anual de manera virtual.
Lo hicimos a través de una plataforma online impresionante. Era como un mundo virtual, donde cada participante disponía de un avatar personalizado. Cada cual podía asistir a una conferencia o hacer networking en espacios comunes. También podía aplaudir, bailar o cantar. Todos los participantes se identificaban porque llevaban el nombre escrito en la cabeza. Era como si estuviéramos en vivo. Si esto es así hoy, imagínese cómo será dentro de unos años… La tecnología es la gran ganadora de toda esta situación.
La tecnología es la gran ganadora de toda esta situación.