“En la construcción del Metaverso confluirán diez tecnologías que tendremos que dominar”

Su origen profesional es el periodismo. ¿Cursó la carrera?

Comencé practicándolo y luego lo estudié. En realidad, de joven quería estudiar Informática, así que pasé un año entero yendo a clases como oyente. Disfrutaba mucho utilizando el mítico ordenador Mainframe de la Universitat Autònoma de Barcelona. Un día, en el aula, vi un anuncio: una editorial de prensa técnica buscaba un redactor para su “Guía del Comprador” de informática. Me presenté y me contrataron. Ese fue mi primer contacto con la profesión. 

Desde entonces fui descubriendo la comunicación. Luego progresé en el oficio: pasé a ser jefe de redacción de una de las publicaciones y periodista en ejercicio. Me colegié y, al cabo de muchos años, me gradué en Comunicación en la UOC.

Siguió siempre hablando de informática.

Cuando estaba en la revista entré en contacto con IBM. Eran los principios de los años 90 y me propusieron incorporarme en su departamento de imagen y comunicación. En aquel momento, la compañía estaba preparando todos sus proyectos para Barcelona 92 y a mí me tocó trabajar en el periódico olímpico, del que fui jefe de redacción. Una gran experiencia.

Más adelante, en 1994, La Vanguardia me contrató como colaborador en el suplemento de Nuevas Tecnologías. Un día me enviaron a cubrir una información importante.

Un día me enviaron a cubrir una información importante: el nacimiento de Internet.

¿Cuál?

El nacimiento de Internet. Unos cuantos periodistas fuimos invitados por SUN Microsystems, la empresa que construía ordenadores de alta gama, a visitar Silicon Valley. Nos pusieron en una habitación con una terminal cargada con el primer navegador de la historia: Mosaic. 

En aquellos años nada estaba conectado a nada. Pero pudimos recibir la información de las sondas espaciales de la NASA enfocadas a la Luna. Fue algo maravilloso. Decidí dedicarme a eso el resto de mi vida.

Y desde entonces ha estado siempre en la proa del sector y de las diferentes olas tecnológicas.

Llegué a dirigir el suplemento de La Vanguardia. Más adelante, en 1999, la empresa inglesa Community Internet expandió sus actividades y me contrataron. A la larga, los ingleses se marcharon y yo me quedé aquí con la actividad de servicios. Hoy ayudo a empresas, instituciones y profesionales en su estrategia digital.

Internet va cada vez más deprisa. Las generaciones más jóvenes ni siquiera han oído hablar de Mosaic.

Es la evolución normal de las cosas. No podemos esperar que la gente tenga consciencia de todas las etapas pasadas. Simplemente llegan y utilizan lo que hay, como nosotros hicimos con las tecnologías que nos tocaron. Pero, personalmente, me siento muy afortunado por haber tenido ese track record desde el inicio.

Creo que tengo una muy buena perspectiva de todas las tendencias hacia atrás y hacia adelante. Si esto fueran las olas en el mar, de tanto mirarlas te darías cuenta de que todas tienen la misma forma, y de que tras una viene otra y otra más. Esto es bueno a la hora de asimilar cada uno de los hitos tecnológicos de los últimos años.

No podemos esperar que la gente tenga consciencia de todas las etapas pasadas. Simplemente llegan y utilizan lo que hay.

Primero fue el PC, luego la conexión local, luego Internet…

Y luego las redes sociales, y el teléfono móvil conectado y, más recientemente, las videoconferencias que nos ha dejado la pandemia. Esto ha sido un acelerón digital.

La próxima etapa, dicen, es el Metaverso. ¿Ya está usted navegando esa ola?

Sí. A finales de octubre de 2021, Mark Zuckerberg anunció el cambio de marca de Facebook a Meta y el cambio de rumbo de toda su organización. Como sabe, agrupa a marcas como WhatsApp, Facebook o Messenger. Es un movimiento con una escala brutal.

El Metaverso sustituirá a la internet?

Será un cambio de gran envergadura, sea cual sea el punto de vista: en lo tecnológico, lo social, lo económico, lo humano e incluso en lo filosófico. Hasta ahora, cada hito ha sido superior al anterior, pero siempre en una escala serial. El cambio que nos viene ahora tiene una dimensión cuántica. Afecta a todos los niveles y de manera profunda.

El Metaverso será un cambio de gran envergadura, sea cual sea el punto de vista: en lo tecnológico, lo social, lo económico, lo humano e incluso en lo filosófico.

Zuckerberg fue el primero en anunciar el Metaverso. ¿Quién golpea primero golpea dos veces?

La historia nos dice que siempre hay unos cuantos actores que son los motores del cambio tecnológico, y que luego se reducen y concentran en número. Cuando se lanzó el vídeo doméstico teníamos diversos sistemas como el Betamax, el VHS o el 2000. Contribuyeron a levantar una industria y un nuevo modelo de consumo.

Algo parecido pasó con la Internet: teníamos Yahoo!, Google, Altavista, Terra… Lideraron en su día, hasta que se asentaron y concentraron. Algunos desaparecieron y aquí pasará lo mismo. Meta ha dado el pistoletazo de salida, pero a la semana siguiente, Microsoft lanzó su propia estrategia de Metaverso y Nvidia hizo lo propio con su Omniverse. Por su parte, Tenzen, la compañía telefónica de China, que es gigantesca, también presentó su modelo al poco tiempo.

Son unos grandes players, todos ellos.

Zuckerberg avisó de que en un plazo de dos años se comenzarían a ver cosas concretas del Metaverso. Y que el asentamiento del sistema se vería en 10 años. Ahora estamos en un momento de declaración conceptual y filosófica de todo esto. Es como si fuera un puzle de 12.000 piezas: tenemos la imagen de la tapa y sabemos cómo tiene que ser al final, pero acabamos de abrir la caja y de tomar la primera ficha. En el Metaverso, cada ficha tiene una gran envergadura y Meta es solo una de ellas… En la construcción del Metaverso confluirán como mínimo diez tecnologías que deberíamos dominar sí o sí.

Zuckerberg avisó de que en un plazo de dos años se comenzarían a ver cosas concretas del Metaverso.

¿Cómo cuáles?

Internet, por ejemplo. Todo esto se asienta sobre Internet, como si fuera la Tierra misma. A partir de aquí, tendremos el 5G y los demás entornos. La idea es que todo esto sea un universo fluido en el que cualquiera pueda circular sin límites y por todo tipo de lugares. Hoy en día no hemos llegado a eso, solo están las ideas iniciales que montan algunos pioneros. Algunas tribus repartidas por aquí y por allí, como cuando la Tierra se pobló.

La idea es que todo esto sea un universo fluido en el que cualquiera pueda circular sin límites y por todo tipo de lugares.

¿Hoy en día sigue siendo válido estar en las redes sociales? Algunas ya están en declive…

Sí, pero sigue teniendo sentido. Hoy la estrategia de comunicación de cualquier empresa o institución se basa en los canales que tiene activos y que consume su público. Las audiencias siguen mandando y tenemos que trabajar allí donde ellas se encuentren.

Las redes sociales, con sus particularidades, marcan los canales donde la gente se entretiene, se informa y socializa. Si tú no contemplas alguno de estos aspectos, te estás quedando sin una importante vía de comunicación hacia el exterior.

Las audiencias siguen mandando y tenemos que trabajar allí donde ellas se encuentren.

En Community Internet, ¿quiénes son los clientes?

Empresas, instituciones, profesionales… Yo les formulo estrategias a partir de un buen diagnóstico. Generalmente se basa en dos o tres puntos comunes para la mayoría de los negocios: primero, establecer una presencia fuerte en la web porque, a pesar de su largo recorrido, sigue siendo el punto focal y el principal activo digital. La gente acaba visitando tu web y debes tener una buena.

Luego viene la selección de las redes. Hay varios vectores que te guían ahí: qué tipo de negocio tienes, qué contenidos piensas crear… Todo esto te ayudará a desarrollar una estrategia por cada red en cuanto a contenidos, community managemet, formatos y sistema de alimentar las redes. Es trabajo y consume recursos. Cuando una empresa es pequeña, quien se ocupa de las redes también suele ocuparse de las cuentas y de ir al banco, y eso le supone un gran peso.

Cuando una empresa es pequeña, quien se ocupa de las redes también suele ocuparse de las cuentas y de ir al banco, y eso le supone un gran peso.

Habrá profesiones que van a nacer y otras que desaparecerán. ¿Tiene algún pronóstico sobre las unas y las otras?

Hay empleos de presente y empleos de futuro. Los de presente son los relacionados con la comunicación digital: redacción, creación de contenido, de imágenes, de vectores… Esto se necesita ahora y también se necesitará en algunos años.

Pero luego está lo que se nos viene: se abren muchas nuevas áreas de especialización: el Metaverso es un universo paralelo que requerirá versiones digitales de todos los oficios. Muchos no tienen ni nombre todavía. En medio tendremos a gente capaz de entender el movimiento del Blockchain, de las criptomonedas y de tantas cosas que son tan difíciles de entender de primeras.

Y habrá que dar valor añadido igualmente. ¿Cuál es el de usted?

Pues mi capacidad de adelantarme. Estudio, pruebo, entiendo y luego le digo al cliente lo que es esencial. Así le ahorro tiempo en su estrategia y la hacemos lo más eficaz posible. Es como la labor del periodista.

Y la Inteligencia Artificial, ¿ya ha comenzado a utilizarla?

Actualmente estoy comenzando a publicar posts hechos por una inteligencia artificial. Yo solo los corrijo. Pero cada vez veo que se asemejan más al lenguaje humano. No he creado ningún algoritmo. Simplemente son plataformas disponibles que escriben sobre temas específicos. Y lo hacen bastante bien.

Estoy comenzando a publicar posts hechos por una inteligencia artificial.

¿No acabará eso con el periodismo?

No creo. Abrirá nuevas e interesantes facetas a nivel de SEO, pero sí que va a poner en tensión a los perfiles más convencionales.