El grupo Planeta, fundado por José Manuel Lara y con cincuenta años de tradición, se ha convertido en el grupo editorial más importante de España y el séptimo del mundo. A partir de esta realidad, el Grupo Planeta camina hacia un futuro lleno de retos y oportunidades, extendiendo su actividad y diversificándose en nuevos sectores de negocio.
comportamiento ético ejemplar»
Hablamos con Ramon Morancho, Director de Comunicación
Planeta DeAgostini es líder en los kioscos españoles…
Formamos parte de un gran grupo de comunicación. El concepto clásico de editorial, con el que empezó hace 50 años el fundador, José Manuel Lara, ha sido superado desde el punto de vista de negocio. Actualmente, los contenidos son transportables, de un soporte a otro, con relativa facilidad, gracias al avance tecnológico. El grupo lo entendió de esta manera, y hoy en día Planeta DeAgostini no es sólo coleccionables sino un conglomerado de empresas editoriales y de contenidos.
¿Cómo se encuentra actualmente el mundo del fascículo coleccionable?
Planeta de Agostini mantiene a través de sus marcas una posición bien afianzada de liderazgo, de un 50 por ciento del mercado, pese a ser un entorno complicado. El sector ha crecido mucho, sobre todo por la entrada en el mismo de competidores distintos, como los periódicos o las revistas. Actualmente, los recursos económicos de márketing y distribución en los puntos de venta hacen que la competencia sea más dura de lo que quisiéramos.
Existe cierta preocupación por la saturación de la oferta en los kioscos…
Cualquier mercado tiene un límite en la absorción de un determinado producto. Pero eso ocurre en otros sectores, donde hay también sobresaturación. En cualquier lugar donde haya la posibilidad de introducir una unidad de venta, hay una empresa dispuesta a colocar tres. Eso es una demostración de la madurez del mercado.
¿Es una visión pesimista?
No, lo que ocurre es que deberán aparecer cosas distintas, como pasó en el mundo de la telefonía, que en los 90 creó una nueva gama de productos y mercados paralelos innovadores. Ahora, en nuestro sector, hay que admitir que hay saturación.
Se habla mucho de introducir la creación de contenidos como sistema de incorporar un valor añadido. ¿Se ha sobredimensionado el tema?
Cualquier empresa que se dedique a gestionar productos de tendencia cultural debe saber que su solvencia, credibilidad, y en definitiva, su potencial económico recae en el contenido de sus publicaciones. El problema es hacer algo que sea rentable y eso resulta arriesgado y caro. Además, no siempre tienes la garantía de triunfo. Los costes en los contenidos no son amortizables en un solo mercado y para rematarlo…
¿Hay más?
Crear contenidos culturales, o de diferentes ideas, no es nada fácil y los costes de desarrollo son muy elevados.
Hoy todos sus productos nacen bajo la amenaza de la globalización.
Mire, esta es una compañía familiar, pero también una multinacional. Sé que cuesta entenderlo pero es así. Nosotros intentamos, al desarrollar un producto, que éste sea capaz de traspasar fronteras. Económicamente no puedes plantearte algo sólo para un mercado de 40 millones de personas con distinto nivel cultural, gustos, preferencias…
¿Y piensan en venderlo a más?
Sí, pero el obstáculo es la lengua o el sentimiento, que son cosas distintas…
¿La palabra fidelización sigue siendo una guía de lo que se hace en su empresa?
Todos los que tienen un producto que ofrecer querrían garantizarse la fidelidad del cliente. Nosotros tenemos tanta gama de productos que podría parecer que hemos abandonado el concepto, y no es cierto. Sucede que es prácticamente imposible la fidelización con productos tan heterogéneos y una población tan heterodoxa. Pero por ello, los varios centenares de ofertas que tenemos provocan deseos y motivaciones de compra absolutamente distintos.
¿Y qué hacer con los criterios éticos y morales a la hora de crear productos de aceptación en el mercado?
Para Planeta DeAgostini, la ética está por encima de todo. Diría que incluso, a pesar de que en una empresa tan grande, y con tanta oferta, puede haber ocurrido algún percance. Los criterios morales y éticos han estado presentes en todos nosotros siempre.
¿Cuál es el papel que tienen las Nuevas Tecnologías en la empresa?
He tenido la oportunidad, desde mi lugar de trabajo y a lo largo de estos años, de asistir a la eclosión de las nuevas tecnologías y comprobar cómo las hemos ido incorporando desde un primer momento. Planeta DeAgostini es propietaria de Broker On Line, una compañía destinada exclusivamente a la implantación de las mismas en nuestro amplio abanico de propuestas. Fuimos una de las primeras compañías que incorporó el comercio electrónico directo en nuestra página web. Otra de nuestras empresas, Multimedia Ediciones, tiene a IBM como socio. Y gestionamos la Universitat Oberta de Catalunya…
Recientemente Planeta DeAgostini ha comprado una mayoría de acciones de Antena 3. ¿En qué le repercute a un director de Comunicación de una empresa del grupo como usted, la imagen que dan algunas televisiones generalistas en España?
La tarea de Comunicación en el grupo se encuentra muy diversificada. En este apartado, hay un equipo de Comunicación en el grupo que se encarga, por delegación expresa de Presidencia, de dicha labor. Aunque el resto conocemos bien las directrices, y le diré algo…
¿Sí?…
El contenido futuro de la nueva Antena 3 se regirá bajo aquellos criterios que antes le decía que estaban siempre presentes en nuestro grupo.
La globalización de los Medios es cada vez mayor. Multitud de grandes poseen participación en televisión, radio, prensa, nuevas tecnologías…
El escenario es complicado, pero se continua creyendo en la independencia de los profesionales y de las empresas que les dan trabajo. Es evidente que los inversores tratarán de mantener unos criterios y líneas editoriales por determinados intereses. Pero nunca llegarán a controlarlo todo. Un propietario tiene derecho a implantar su línea ideológica, pero los profesionales que estamos en la empresa seguiremos teniendo un altísimo nivel de autonomía y la capacidad para gestionar nuestros intereses.