Hoy recibimos a Oriol Martori, el 50% de un proyecto revolucionario y dibujado a medias con su hermano mayor, Enric. Han inventado una serie de preparados, basados en zumos de frutas y especies naturales, que transforman el vermut en un cóctel de sabores excepcionales y delicados. Añada el contenido de una de sus cápsulas a una copa de vermut blanco o negro con hielo y verá como el momento mejora sensiblemente. Con los tiempos que corren, no estamos para privarnos de ello.
“El vermut está en un momento muy dulce: está de moda, y gusta a muchísima gente, incluso a quienes no prueban el alcohol”
“Aunque tenemos otros productos en cartera, de momento nos centramos en el vermut, en lograr una buena distribución y en conseguir que al cliente le guste”
“A principios de este 2017, con la empresa ya constituida, lanzamos la primera producción destinada directamente a la venta. Y ya teníamos a distribuidores esperando a que viera la luz”
“Las estadísticas nos dicen que el 60-65% de las bebidas alcohólicas las consume el público masculino, pero Vermutissimo lo consumen hombres y mujeres por igual”
“El consumidor final compra el producto para llevárselo a su casa y ofrecérselo a los invitados durante el fin de semana, en comidas y cenas. Vermutissimo proporciona un toque muy especial al evento”
“A partir de la inspiración y en colaboración con un instituto de cocina del País Vasco desarrollamos nuestras variedades para que combinaran bien con el vermut blanco y el rojo. Y luego las matizamos y perfeccionamos un poco más”
“El packaging está en cinco idiomas y en menos de un año estamos vendiendo a Portugal. En Francia se consume muchísimo y en Italia también. La exportación de Vermutissimo tiene mucho sentido”
Usted ha tenido diversas responsabilidades comerciales y de exportación y su hermano ha trabajado muchos años para una multinacional de las bebidas alcohólicas. Con ambas capacidades han lanzado Vermutissimo. ¿Cómo fue la transición desde sus trabajos previos hasta su actual dedicación?
La cosa es que mi hermano y yo siempre nos hemos entendido muy bien. Y poner en marcha un proyecto conjunto es algo que siempre tuvimos en la cabeza, pero para lo que nunca encontrábamos el momento adecuado. Finalmente, la multinacional donde él trabajaba tomó una serie de decisiones que nos hicieron pensar que ese momento había llegado. Él pasó a disponer de tiempo suficiente para desarrollar el proyecto y yo lo voy buscando todos los días. Así que decidimos dar el paso.
¿En qué momento tuvieron consciencia de “despegue” y de que su proyecto ya era una empresa que funcionaba?
Detectamos la oportunidad hace dos años y comenzamos a hacer algunas pruebas. En aquel momento no se trataba de nada más que de hacer combinaciones y degustaciones con zumos y frutas diversas. Allí vimos que el producto es bueno, se tome en el momento en que se tome, y que la idea era novedosa e interesante y, además, que el mercado la estaba esperando con los brazos abiertos. Ahora hace un año diseñamos una red de distribución, identificamos el tipo de cliente final al que nos debíamos dirigir e hicimos los contactos necesarios. A principios de este 2017, con la empresa ya constituida, lanzamos la primera producción destinada directamente a la venta. Y ya teníamos a distribuidores esperando a que viera la luz.
Eso es fantástico.
Les habíamos invitado a participar en alguno de nuestros test previos y estaban convencidos de que el producto iba a funcionar.
También es cierto que hay personas a quienes el vermut, a palo seco, no termina de gustarles y necesitan mezclarlo con algo.
Nosotros siempre ponemos el ejemplo del gin-tonic. Hace diecisiete o dieciocho años se trataba de una bebida, digamos, aburrida: un vaso de tubo con la ginebra de siempre, algo de tónica, un par de hielos y quizás una rodaja de limón. Era todo. Y quien se tomaba un gin-tonic no estaba muy interesado en cambiar de bebida porque solía ser un forofo del tema. Por otra parte, quien no estaba en el mundo del gin-tonic se lo miraba con recelo, porque era una bebida muy concreta e invariable…
A diferencia de hoy en día…
Efectivamente, ahora el gin-tonic es como una especie de “fiesta”; como una ensalada de variantes muy amplias que ha dado pie a toda una cultura. Fíjese que este fenómeno también ha sucedido con otras bebidas y que cada vez sucederá más. Tanto es así que dentro de nuestro proyecto hemos desarrollado fórmulas para otras bebidas alcohólicas, y no solamente el vermut.
¿Están esperando a lanzarlas?
Es que el vermut está en un momento muy dulce: está de moda, gusta a muchísima gente -incluso a quienes no toman alcohol, que si algo beben es, precisamente, vermut- y para lanzar nuestro proyecto creemos que es el camino más directo al consumidor.
El vermut es una de las bebidas alcohólicas que generan menos rechazo…
Y también se encuentra en la base de muchos cócteles, como el Bellini, el Manhattan o el Americano. Así pues, aunque tenemos otros productos en cartera, de momento nos centramos en el vermut, en lograr una buena distribución y en conseguir que al cliente le guste.
Pues yendo al tema, ¿qué le ofrecen por el momento al cliente?
Tenemos seis variedades diferentes de Vermutissimo. Y hemos creado un pack, llamado “Hola!”, que lleva una muestra de cada una de las variedades, porque la gente nos pedía poder probarlas todas antes de decidir cuál era su favorita. El pack es nuestro producto estrella por ahora, cuyas variedades combinan bien tanto con el vermut blanco como con el negro. De las seis, hay tres a las que denominamos “fáciles”, que son la de naranja, la de limón y la de fresa, y otras tres que son mucho más sofisticadas.
Las fáciles, entonces, son esos sabores sin más…
Bueno, en realidad tampoco es así exactamente. La de fresa, por ejemplo, también lleva pimienta; la de limón lleva lima y tomillo y la de naranja lleva zanahoria, menta…
¿Y las tres más sofisticadas?
Una lleva uva, arándanos y naranja amarga. Otra, más tropical, lleva maracuyá, anís estrellado y mango, que le proporciona un toque muy exótico de verdad. La tercera lleva piña, granada y jengibre, que es un producto que está muy de moda y que le da un toque interesante.
Le confieso que soy un verdadero fan del vermut… Se me ocurre preguntarle: ¿esto que ustedes ofrecen está pensado para un público femenino, masculino o es unisex?
Las estadísticas nos dicen que el 60-65% de las bebidas alcohólicas las consume el público masculino y que Vermutissimo lo consumen un 50%-50%. Cuando vamos a una feria y recogemos feedback de la gente observamos que gustamos tanto a mujeres como a hombres. Así pues, las mujeres prefieren probar este tipo de producto antes que otras bebidas alcohólicas. Si nos ciñéramos a la estadística del global tendrían que ser un 35% o 40% nada más. Pero son el 50%. El público femenino está más abierto a probar el vermut, quizás porque genera el menor rechazo que genera esta bebida dentro de la familia de bebidas alcohólicas.
¿En qué nichos concentran más sus esfuerzos de promoción?
Al principio pensamos enfocar nuestra estrategia en el sector de la hostelería, porque creíamos (y seguimos pensándolo) que un producto consolidado en ese ámbito es más sencillo de hacérselo llegar después al mercado general. Pero pronto nos dimos cuenta de que esto también funcionaba muy bien como producto para el consumidor final. La gente lo compra para llevárselo a su casa y ofrecérselo a los invitados durante el fin de semana en comidas y cenas. Vermutissimo proporciona un toque muy especial al evento. Nuestra página web www.vermutissimo.com está preparada para recibir pedidos de clientes profesionales y usuarios finales que, a la postre, lo ven como un producto original, diferente y con el que se queda muy bien, tanto si lo sacas durante la cena e invitas a tomarlo, como si decides regalarlo.
De ustedes dos, ¿quién inspiró estos sabores tan elaborados?
A mí siempre me han gustado mucho las mezclas. Es una especie de afición que tengo, a pesar de que no soy ingeniero químico. Y lo cierto es que estos sabores se inspiran en cosas que ya existen y que se ofrecen en algunos locales de hostelería en el País Vasco, por ejemplo, donde sirven un “preparado” que resulta similar a una de nuestras mezclas. A partir de la inspiración y en colaboración con un instituto de cocina del País Vasco desarrollamos nuestras variedades para que combinaran bien con el vermut blanco y el rojo. Y luego las matizamos y perfeccionamos un poco más. De hecho, durante la fase de test que antes le contaba, cada variedad ha ido evolucionando hasta ser lo que es actualmente. Lo que ofrecemos ahora no es exactamente lo mismo que cuando empezábamos. Ha mejorado.
¿Dónde fabrican Vermutissimo?
Cerca de aquí, en una empresa que se encuentra en el Baix Llobregat. Lógicamente, si utilizamos piña natural en nuestros preparados, en Barcelona no la vamos a encontrar. Pero esta empresa dispone de árboles fruteros en Murcia, Marruecos y Lleida y de allí se nutren. El desarrollo de cada variedad también lo hacemos aquí, con colaboradores que se encuentran cerca de Granollers. Lo único que hacemos fuera de Barcelona es el envasado, que se envía a una compañía de Jaén, especializada en fabricar monodosis con calidad farmacéutica y que, de hecho, fue la primera en España que creó este tipo de envases para aceites y vinagretas. Posee unas medidas de seguridad y de higiene que la hacen ideal para nuestro producto, garantizando una fecha de caducidad muy larga.
Lo creo. Y, dígame, puesto a tomármelo, ¿cómo sugiere usted que lo haga?
Pues muy sencillo: en un vaso o copa con hielo se sirve una cantidad de vermut, el contenido de nuestra cápsula, lo mezcla y se lo toma. Y ya está. Normalmente, las bebidas de vermut suelen contener 10 centilitros de líquido, así que lo recomendable es emplear unos 6 cl. de vermut y añadirle los 2 que lleva nuestra cápsula. Por otra parte, este verano pasado vimos que si metíamos la cápsula en el congelador podíamos sustituir el hielo y que esto generaba un efecto muy interesante: en los primeros sorbos predomina el vermut y en los últimos los zumos de frutas. Cada sorbo es un cambio.
Además de los hermanos, ¿cuentan con algún socio más?
Estamos trabajando con la gente de Up Catalonia, que nos ayudan un poco desde el punto de vista económico, pero, sobre todo, nos hacen de coachs y nos aportan orientación y consejos muy valiosos. Al tratarse de un proyecto de dos personas, nos ayudan mucho a que nada importante se nos escape y a seguir las directrices más adecuadas para que esto funcione.
Y, aparte, los colaboradores externos que nos decía.
Así es, somos dos y unos cuantos más. Lo que pasa es que, por ahora, al no estar produciendo cada día, la participación de estos colaboradores es puntual. Desde principios de año y hasta la fecha hemos lanzado dos producciones al mercado. En cuanto al desarrollo de productos nuevos, todavía no tiene sentido contar con una persona “full time”.
¿Se dan cuenta de que el suyo es un producto global, que puede funcionar bien aquí como en Asia o Norteamérica?
De hecho, el packaging está ya en cinco idiomas y lo estamos vendiendo ya en Portugal, donde tenemos a un distribuidor. Es cierto que en otros países el vermut no está tan de moda como aquí, pero en Francia, por ejemplo, se consume muchísimo y en Italia también. La exportación de Vermutissimo tiene mucho sentido.
Así lo esperamos y así lo iremos contando. Mucha suerte a Vermutissimo y a los hermanos Martori.