Muchas veces se relaciona el éxito con grandes hazañas, con conseguir lo aparentemente imposible, con lograr grandes resultados.
Pero esos grandes resultados, esos Éxitos con mayúscula, son el resultado de los pequeños logros conseguidos día a día haciendo «sencillamente» lo que uno ha de hacer, -que suele ser lo más difícil-, de la mejor manera posible. No dependen de la magnitud de la tarea a realizar. Cada uno tiene unos objetivos que alcanzar y su éxito es alcanzarlos.
En un equipo, la suma de los logros de cada componente, por pequeñas que sean las tareas acometidas, contribuyen de manera esencial al Éxito de un Proyecto. Si cada uno hace lo que debe hacer, poniendo toda su entrega en alcanzar su objetivo, el Éxito está asegurado. Para celebrar haber alcanzado el Objetivo final, antes hay que poder celebrar los éxitos de los pequeños objetivos que se proponen, precisamente para alcanzarlo. Entonces, esos pequeños objetivos se convierten en los más importantes y satisfactorios.
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