EAE y 3 Capital publican el estudio “Carga proporcional derivada: aplicación al destino Barcelona”

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Crean un modelo matemático para el reparto equilibrado de la oferta de alojamientos turísticos

  • Este modelo teórico matemático de reparto sostenible y equilibrado permite expandir hacia zonas periféricas el flujo económico y los efectos multiplicadores generado por los turistas
  • El estudio se centra en el caso del destino Barcelona, pero es de aplicación práctica a cualquier otro destino urbano o vacacional
  • Entre las consecuencias imprevistas de las regulaciones administrativas vigentes se identifican inflación artificial sobre: el mercado de inversión, dificultades para atraer visitantes de alta capacidad adquisitiva y reducción de los efectos multiplicadores sobre las empresas locales
  • Antes del Covid-19, el turismo creaba en Barcelona un 8,6 % del empleo total y era la cuarta actividad en creación de riqueza (7,3 % del PIB)

EAE Business School, en colaboración con la consultora 3 Capital, ha elaborado el estudio “Carga proporcional derivada: aplicación al destino Barcelona” en el que se propone un modelo teórico matemático de reparto equilibrado de la oferta de alojamientos turísticos sobre un territorio que, desde la premisa de la necesaria colaboración entre administraciones públicas y sector privado, ofrece una posible solución sostenible frente a la “saturación turística” de algunos destinos.

“El grave impacto de la Covid-19 es un punto de inflexión y una oportunidad para crear un nuevo modelo de turismo más equilibrado y sostenible; para repensar el modelo de crecimiento de los destinos urbanos y vacacionales, dando especial énfasis a la coordinación entre las administraciones públicas y el sector privado”, señala el autor del estudio y profesor de EAE Business School, Tomeu Pons.

Crean un modelo matemático para el reparto equilibrado de la oferta de alojamientos turísticos

Antes de la pandemia, este sector era uno de los motores principales de actividad económica de Cataluña, con un gasto superior a los 21.000 millones de euros en 2019 y un peso del 12% del PIB y el 14% del empleo, superior a cualquier actividad industrial, tal y como recoge el informe. En Barcelona, el sector turístico suponía más de 150.000 puestos de trabajo directos e indirectos, un 8,6 % del empleo total, y era la cuarta actividad en creación de riqueza (7,3 % del PIB). La ciudad concentraba una de cada tres empresas turísticas de Cataluña y casi cuatro de cada seis puestos de trabajo, recaudando más de la mitad de los ingresos del impuesto turístico en Cataluña. Esas cifras sufrieron un recorte “trágico” en 2020: la llegada de turistas descendió el 77,3%, mientras que los ingresos se redujeron un 88%.

CARGA PROPORCIONAL DERIVADA: UN MODELO SOSTENIBLE POST – COVID 19

Ante el nuevo contexto, el estudio propone la fórmula “Carga Proporcional Derivada” (CPD), que parte de dividir la ciudad en zonas más pequeñas que, a partir del centro, reparten ondas expansivas (en este caso descompresivas) mediante las que se estima la cantidad equilibrada de alojamientos para turistas. Cuando las ondas más cercanas al centro de la ciudad alcanzan una determinada proporción entre alojamientos turísticos y usos residencial, comercial, oficinas, terciario, etc. estos y su carga sobre el territorio se derivan virtualmente sobre la siguiente onda, así hasta los límites de la ciudad.

“Las zonas centrales, con mayor presencia de alojamientos turísticos, derivan su carga sobrante hacia la siguiente onda de manera sucesiva, hasta hallar un área “libre”, disponible para la localización de nueva oferta sin riesgo de sobrecargar el equilibrio de usos previamente determinado. Es a partir de esa zona donde el sector podría desarrollarse, no necesariamente en ubicaciones lejanas del centro de poco o nulo interés para los visitantes de la ciudad”, detalla el profesor de EAE Business School, Tomeu Pons.

“Teniendo en cuenta que en 2019 el gasto medio diario de un turista alojado estaba en 195 euros en servicios de proximidad como: manutención, ocio, compras y pequeño trasporte; la dispersión de los alojamientos sobre un territorio crea importantes flujos económicos multiplicadores sobre los negocios y comercios cercanos, ya que al contrario de lo que pueda parecer, el turista pasa el más del 50% de tiempo en espacios cercanos a su alojamiento”, detalla Pons.

El estudio propone un índice de carga y usos de 80% residencial, 10% turismo, 5% oficinas y 5% comercial. “En cualquier caso, el índice debe tener correspondencia y ser coherente con los usos tradicionales del barrio y con la planificación a medio y largo plazo que se prevea desde las administraciones públicas”, señala Pons.

EL CASO BARCELONÉS

Centrándose en la aplicación del modelo al caso barcelonés, en el estudio se apunta que las restricciones administrativas a la creación de nuevas plazas de alojamiento turístico reglado vigentes durante los últimos años “han beneficiado especialmente a las hoteleras ya establecidas en la ciudad, que han visto reforzada su posición de manera inesperada por las inmensas dificultades que esas regulaciones suponen para la entrada de nuevos competidores”. Ante la imposibilidad de crear nueva oferta, llegar a acuerdos con la ya existente se ha convertido en la única vía de acceso al mercado, lo que ha generado “un efecto perverso de revalorizaciones patrimoniales de tipo especulativo y una inflación sobrevenida en el mercado de inversión, no originada por una mejora en la eficacia de gestión interna sino coadyuvada por la administración pública”, sostiene Pons.

La imposibilidad de dar entrada a nuevos actores, especialmente cadenas internacionales de segmentación alta, tiene otras consecuencias, según Pons, como “renunciar a su capacidad de atraer visitantes con altos patrones de gasto y consumos extra-hoteleros”. “Estos grupos cuentan, además, con modelos de gestión innovadores y ratios de personal / huésped por encima de la media, contratando talento local e internacional con remuneraciones también notables”, añade.

“A largo plazo, este fenómeno podría repercutir sobre la segmentación de los turistas a Barcelona, ya que los visitantes internacionales con mayores capacidades de gasto (especialmente, norteamericanos y asiáticos) basan parte de la elección de su destino en la variedad y oferta de marcas hoteleras homologables y reconocidas, además de en servicios complementarios homologables”, alerta el profesor de EAE. “La franja alta de la demanda tiene efectos multiplicadores mayores sobre las empresas, los operadores y el pequeño y mediano comercio locales, los cuales han sufrido especialmente las consecuencias de la COVID-19”, dice Pons.

En este punto, es significativo señalar “el contraste con la ciudad de Madrid que, aún durante legislaturas con una administración local con sensibilidades políticas parecidas, permitió la llegada de cadenas internacionales de prestigio cuya primera opción en España era Barcelona”, según Pons.

El estudio también indica otros factores como la reciente ratificación de la nulidad del PEUAT por parte del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña es una oportunidad para promover “una planificación conjunta y negociada del futuro” en opinión del autor del informe. “En caso contrario, es muy probable que algunos actores del sector hotelero tomen la iniciativa para reclamar en los tribunales altas compensaciones a cargo de la administración pública, dificultando aún más la añorada armonía y la recuperación plena del sector”, concluye.

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