Joaquim López

COO de Dozen Investments

Unicornios digitales

©FeedbackToday/Nacho Roca

«Buscamos empresas que puedan multiplicar su valor por diez en cinco años»

La plataforma Dozen Investments evalúa 800 empresas al año para ofrecer proyectos rentables a inversores particulares
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En los últimos años, las inversiones que los particulares realizan a través numerosas plataformas digitales se han multiplicado. Hoy entrevistamos a Joaquim López, uno de los líderes de la plataforma más importante de España en inversión digital en startups.

¿Cree usted que en el mundo del capital riesgo ya está todo inventado?

Todo ha evolucionado muchísimo y sigue en constante evolución. En España, en los últimos años, ha crecido enormemente la cantidad de recursos disponibles y de actores en el sector. Cada vez aparecen más inversores. Y también empresas como Glovo o Wallbox, que son unicornios.

En los últimos años, ha crecido enormemente la cantidad de recursos disponibles y de actores en el sector.

¿“Unicornios”?

Sí. Son compañías que alcanzan el millardo de dólares de valoración.

Los “unicornios” son compañías que alcanzan el millardo de dólares de valoración.

O el “billón” americano.

Eso es. Pero no solo cambia el tamaño de las inversiones. También lo hacen las metodologías de trabajo. Actualmente conviven en el sector desde los fondos más tradicionales a los más especializados, o plataformas como la nuestra, que canalizan las inversiones de los business angels. Lo más puntero (o “Edge”) del sector tiene que ver con los activos Blockchain, es decir, con las criptomonedas, los NFTs…

Lo más puntero (o “Edge”) del sector tiene que ver con los activos Blockchain, es decir, con las criptomonedas, los NFTs…

Y en ese ecosistema encontramos un proyecto de éxito como es Dozen Investments. ¿Cuál es el secreto de esos logros?

Lo que nos distingue de otras plataformas, y a la vez lo que nos hace tener éxito, es que no solo damos acceso a los inversores particulares a este tipo de inversiones, sino que lo hacemos de manera profesional. Utilizamos las pautas propias del capital riesgo. 

Dicho de otro modo: lo hacemos mejor a la hora de seleccionar los proyectos, invertir en ellos, formular los contratos y pactos, evaluar y acompañar las inversiones, etcétera. Cuando nacimos, lo hicimos en el seno de un fondo de capital riesgo denominado Inveready. Actualmente damos servicios equiparables, pero a través de una plataforma electrónica.

Por lo tanto, son business angels profesionales.

Nosotros decimos que hacemos Venture Capital online. Pero somos una red muy grande de business angels. Lo que pasa es que, en vez de dar un mero acceso a las inversiones, nosotros proporcionamos un servicio mucho más completo a los inversores.

Nosotros decimos que hacemos Venture Capital online. Pero somos una red muy grande de business angels.

¿En qué consiste?

Para poder invertir, cualquier persona necesita, primero, acceder a buenas oportunidades (o, como solemos decir, a un buen dealflow). En segundo lugar, debe tener la capacidad de analizar y separar las buenas inversiones de las malas. Finalmente, debe poder estructurar bien cualquier operación… No se trata simplemente de meter dinero en algo. Aquí hay contratos, pactos, servicios legales, acompañamiento… Todo eso lo ofrecemos nosotros. 

Y, además, también ofrecemos la participación en la propia inversión, la relación con la empresa, la defensa de intereses de los inversores y la gestión de la salida en cuanto haya oportunidad de liquidez. Los inversores no profesionales (o retail investors) no encuentran en ninguna otra parte un servicio tan completo. 

No se trata simplemente de meter dinero en algo. Aquí hay contratos, pactos, servicios legales, acompañamiento… Todo eso lo ofrecemos nosotros.

Estas personas son inversores particulares. ¿Necesitan algún mínimo para entrar a formar parte de esa red?

Registrarse en nuestra plataforma es gratuito. A partir de ahí cada persona recibe la comunicación de entre dos y tres oportunidades de inversión cada mes. Nosotros nos encargamos de buscarlas, analizarlas y estructurar cualquier operación eventual. Cuando definimos la valoración de una compañía, dividimos el capital necesario en tickets de 3.000 euros que se ofrecen a los inversores.

Es decir, la inversión mínima es de 3.000 euros cada vez.

Así es. Nosotros le damos al eventual inversor todo lo que necesita hasta que decida hacer clic en la opción de invertir. Cien por cien online.

Nosotros le damos al eventual inversor todo lo que necesita hasta que decida hacer clic en la opción de invertir.

Cuéntenos más de estos inversores… ¿Buscan rentabilidad a corto, a largo…?

En general las inversiones en startups son siempre a largo plazo. Un inversor no debería poner en ellas aquel dinero que pudiera necesitar a corto plazo. Además suelen ser inversiones asimétricas: si van mal, puedes perderlo todo. Pero si van bien, puedes ganar muchas veces lo puesto.

En general las inversiones en startups son siempre a largo plazo. Un inversor no debería poner en ellas aquel dinero que pudiera necesitar a corto plazo.

Nadie garantiza que vayan bien.

Así es. El riesgo es elevado. Por ello siempre recomendamos que solo una pequeña parte del portafolio de cada persona, un 10 o 15%, se destine a este tipo de inversiones. Todo depende de la tolerancia al riesgo de cada persona.

Finalmente, se trata de una inversión que es poco líquida. Esto significa que un inversor no puede liquidar su posición en el momento que quiera. Debe esperar a que se abran ciertas ventanas de oportunidad, o momentos de liquidez.

¿Cuáles son?

El primero se da cuando hay una nueva ronda de inversión. En ese caso, es posible que los nuevos inversores acepten comprar las participaciones de los inversores antiguos a través de una operación de mercado secundario.

El segundo es cuando la startup se vende íntegramente a otra empresa. El tercero, menos habitual, es cuando se produce una salida a bolsa del proyecto. Como le digo, son operaciones más raras, pero en este último año, por ejemplo, dos inversiones de nuestro portfolio salieron a bolsa, una en España y otra en Noruega. En ambos casos, al mercado alternativo.

¿Ustedes tienen algún sector “fetiche”, o en el que invierten con especial asiduidad?

Podríamos decir que somos un tanto “agnósticos”… Invertimos en cualquier sector. Para nosotros lo más importante es que la empresa en la que invirtamos tenga el perfil de una startup.

Para nosotros lo más importante es que la empresa en la que invirtamos tenga el perfil de una startup.

¿En el sentido de que sea innovadora y disruptiva?

En el sentido de que sea capaz de crecer y escalar rápido. Buscamos empresas que, en cinco años, por decir algo, puedan multiplicar su valor por diez veces. Es lo que nos interesa encontrar, sea en el sector que sea.

Es cierto que, para que esta situación se dé, la empresa tiene que ser innovadora, disruptiva y, a veces, encontrarse en el sector digital. Quizás no tiene que producir tecnología, pero sí que puede distribuirse a través del canal digital. Pero también tenemos empresas en cartera que fabrican a la manera tradicional. Bioammo, por ejemplo, tiene una patente única en el mundo para producir cartuchos de caza biodegradables. También ivertimos en Amadix, que está en el sector de la biotecnología y que desarrolla biomarcadores para detectar precozmente el cáncer de colon en sangre. Son empresas con ese potencial que le mencionaba.

¿A cuántas presentaciones de proyectos “guau” ha asistido en este tiempo? 

¡A muchísimas! En Dozen revisamos unas 800 empresas nuevas cada año. Esto son unas tres o cuatro al día. Finalmente, terminamos invirtiendo en unas 120 anuales. Es casi imposible que me reúna con todas ellas, pero tenemos a un equipo de analistas que hacen scouting todo el tiempo, buscando los mejores proyectos a través de aceleradoras, eventos y contactos con otros socios.

Diría que por la mañana de cualquier día puedo reunirme con alguien que quiere revolucionar el mercado de comida para mascotas y esa misma tarde con otra persona que quiere cambiar el sector farmacéutico. Recibes muchos inputs distintos al final del día. Pero la gracia del capital riesgo es que ves gran variedad de cosas. Para quien lo disfruta, es lo mejor.

Por la mañana de un día cualquiera puedo reunirme con alguien que quiere revolucionar el mercado de comida para mascotas y esa misma tarde con otra persona que quiere cambiar el sector farmacéutico.

¿Invierten en compañías extranjeras, por ejemplo?

Nos centramos en empresas españolas. De hecho, todas nuestras inversiones están puestas en empresas del territorio. La mayoría son de Barcelona o de Madrid, pero también tenemos proyectos funcionando en Valencia o Sevilla.

¿En qué posición se encuentran Catalunya y España en cuanto a actividad de venture capital online?

Este es un mercado que crece en todos los países y España se encuentra detrás de los grandes focos europeos, que son Londres, París, Berlín… En países como Suecia y Estonia existen ecosistemas tecnológicos muy importantes y de allí también han salido numerosos “unicornios”.

Nos decía que Dozen nació en el seno de un fondo. ¿Alcanzaron ustedes la independencia?

Cierto. Nacimos en el seno de Inveready y, al principio, compartíamos las oficinas con ellos. Hoy seguimos colaborando y mantenemos muy buenas relaciones, pero somos una empresa distinta. También mantenemos relaciones con otros actores del capital riesgo español. Coinvertimos a menudo con ellos. Actualmente somos un equipo de 18 personas, situadas en una oficina independiente y que tienen su propio camino.

¿De qué modo se organizan?

Tenemos un equipo de inversores que, como le mencionaba, se dedica a buscar oportunidades en las que invertir. Tenemos a otro que busca, específicamente, a inversores a los que presentarles las oportunidades. Finalmente, tenemos a un equipo de gestión del portafolio. Estas personas, una vez realizada la inversión, se ocupan de gestionar los intereses de los inversores hasta su salida.

Una cosa que nos diferencia en nuestro ámbito es que, al igual que el capital riesgo, nosotros entramos a formar parte de los consejos de administración de todas las empresas en las que invertimos. Aportamos criterio, conocimiento y hasta apoyo psicológico.

¿En cuantos consejos participa usted, por ejemplo?

En más de 20. Pero una cosa relevante que nos ha traído la Covid es que ahora son casi todos online. Es más fácil llegar a todos.

En cuanto a cifra de negocio, ¿cómo cerraron el año 2021? 

En nuestro sector estamos asistiendo a una recuperación importante. Los inicios de 2020 nos trajeron un batacazo, porque el capital es siempre asustadizo y cuando se producen fuertes caídas tiende a replegarse. Aunque siempre hay quien sabe sacar provecho, como es el caso del sector farmacéutico.

Sin embargo, tras el primer golpe, todo lo digital se benefició de la crisis. En 2021 hemos visto recuperación. Nosotros hemos doblado prácticamente el nivel de inversión y ya estamos a niveles de 2019. La idea es seguir creciendo a partir de aquí.

Hemos doblado prácticamente el nivel de inversión y ya estamos a niveles de 2019.

¿Pueden ustedes invertir a título personal en algún proyecto?

Podemos hacerlo, solo hasta cierta cantidad. Un poco menos que el 10% del total en cada ronda. Pero tratamos de que no sea un dato conocido, porque eso puede hacer cambiar la opinión de los demás inversores sin quererlo.

Imagínese, por ejemplo, que tengo ante mí un gran proyecto, en el que no puedo invertir porque, personalmente, no dispongo del dinero necesario en ese momento. Si los demás inversores saben que no he invertido, pueden interpretar que mi opinión sobre el proyecto no es buena. Y, como consecuencia, no invertir ellos mismos. Y eso no es lo más recomendable. Así que, mejor si no saben dónde invertimos.

Aunque ustedes saben más de inversiones que sus inversores particulares.

El capital riesgo no es una bola de cristal. Nosotros somos buenos viendo y descartando muchos proyectos. Y, de los restantes, interpretamos que quedarán algunos buenos. Pero es imposible saber cuáles ganarán y cuáles perderán. Este año tuvimos en nuestro portafolio una empresa que estuvo a punto de ganar el doble dígito. Nadie de nuestro equipo había invertido en ella a título personal.

Generalmente buscamos a empresas que tengan los elementos necesarios para triunfar. Pero luego aparecen factores incontrolables, como la suerte, los pactos, las circunstancias externas, etc. que pueden cambiar la historia de la compañía. O al revés: Glovo es el mayor y más conocido caso de éxito de nuestro portafolio… Sin embargo, en diversos momentos estuvo a punto de caer. El camino del emprendedor no es nunca llano.

El capital riesgo no es una bola de cristal. Nosotros somos buenos viendo y descartando muchos proyectos.

Eso suena a frase categórica.

Las personas suelen prever crecimientos sostenidos. Pero luego todo se complica. Hay empresas a las que, desde buen principio, les anticipas un gran retorno. Pero no te lo dan al final. En cambio, hay otros proyectos por los que no apostarías y que terminan dando un gran valor.

Habrá proyectos que tendrán éxito y proyectos que fracasarán. Pero lo que sabemos es que, al final del día, las ganancias de las que funcionen superarán con creces las pérdidas de las que no funcionen.

Para terminar: ¿de dónde proviene el nombre de Dozen? (“docena” en inglés)

En nuestros inicios nos llamábamos “The Crowd Angel”, pero cambiamos de nombre porque queríamos apartarnos de la imagen de crowdfunding, que a veces se vincula a inversores no profesionales y de tickets bajos. Nosotros, como le expliqué, proporcionamos un servicio propio del capital riesgo. Por otra parte, el nombre de Dozen nos permite recordar el concepto de que somos una multitud.

Graduado en Administración y Dirección de Empresas en ESADE, sus inicios profesionales se produjeron en el marketing de gran consumo, en empresas como Heinkel o Vileda. Más adelante, cuando le llamó la atención el ámbito de lo digital, marchó a Londres a formarse y a trabajar para Rocket Internet, el venture builder más grande del mundo. Allí nacieron tanto su pasión por el negocio digital como por las inversiones.

A su vuelta a Barcelona entró en relación con Inveready, un fondo inversor especializado en capital riesgo. Poco tiempo antes el grupo había lanzado un spin off y Joaquim se incorporó al proyecto, donde conoció a Ramon Saltor, el actual CEO. Junto con el resto del equipo se lanzaron a construir la plataforma líder de inversión en startups online en España.

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