Los tiempos en los que a una empresa sólo se le exigía que ganase el máximo de dinero dentro de la legalidad vigente, han pasado a mejor vida. Desde hace unos años, también se empieza a reclamar que sepan motivar a sus trabajadores, que sean responsables con el medio ambiente, y que sean «sostenibles», una de aquellas palabrejas que significa un montón de cosas pero que, en el fondo, resultan bastante inconcretas. Quality Experts es una empresa que se dedica a ello, a implantar sistemas de gestión responsable. Hoy hablamos con su gerente, María Font.
Bien, empecemos por lo básico. ¿Qué es exactamente Quality Experts?
Nacimos en el año 1992 y nos dedicamos a orientar a nuestros clientes en el proceso de implantación de sistemas de gestión socialmente responsables. Creo que ante todo, somos consecuentes con nuestra visión personal del mundo, ya que intentamos transmitir a los clientes aquellos valores en los que creemos: la sensibilidad por el entorno, la honestidad como finalidad, la innovación como motor empresarial y cierto sentido práctico, claro está. Nos sentimos comprometidos con todos nuestros clientes y con la sociedad, ya que somos solidarios con diferentes ONG’s.
La palabra "sostenibilidad" se utiliza cuando se habla de su empresa. ¿No cree que se está gastando de tanto usarla?
Pues mire, creo que sí. Y que además se ha hecho mucha demagogia al respecto. Detrás de ello, hay mucha falsedad, especialmente por parte de la clase política y de la mayoría de las multinacionales, aunque no todas, claro. El medio ambiente es un tema que realmente debería preocuparnos a todos mucho, pero parece que cuando entra en colisión con otros intereses, siempre se deja de lado. Y como estamos en un mundo en que lo único que importa es el dinero, pues los que vengan ya se arreglarán.
Parece enfadada.
Y lo estoy. Nosotros colaboramos y estamos implicados con ONG’s y les asesoramos en temas de medio ambiente. Y nos esforzamos para crear una cultura de concienciación que aun resulta muy necesaria. Pero creo que todos juntos deberíamos hablar menos y actuar más, y no ya a un nivel corporativo sino a uno personal.
¿Utiliza este discurso con sus clientes?
Sí y además no me importa confesar que si no nos entendemos de buen principio, no hay trato. Si las personas que tienen que trabajar juntas no tienen puntos de vista parecidos sobre aquello que resulta esencial en su negocio, mejor que no tengan ningún tipo de relación. Y particularmente, si no puedo asesorar a un laboratorio de manera sostenible no puedo trabajar con él.
Al asesorar a una empresa tienen que analizarla y trabajar con ella. ¿Cómo pueden saber si no les están tomando el pelo y sólo quieren el certificado que les permita ostentar que son "sostenibles"?
Como todo, hay hechos objetivos y hechos subjetivos: Los objetivos: qué se vende, cómo se vende. Cómo funciona la empresa, cuál es su mecánica. Los subjetivos: el trato personal. Tratar personalmente con un responsable de una empresa da muchas pistas sobre cómo son: no sólo esa persona sino también la empresa en si, y de si sólo querrán la certificación por pura fachada o por verdadero compromiso.
Usted fundó la empresa. Admitamos que es poco común que una mujer lleve un negocio como el suyo.
Personalmente, he de decirle que creo que tengo una posición privilegiada, ya que en estos últimos años, y con el mito de la superwoman, parece que las mujeres hemos tenido que llevar una compaginación perfecta entre el trabajo y la vida familiar. En mi caso, no tengo familia, así que puedo ocuparme plenamente del negocio. Y el tema económico no me preocupa, mientras yo viva bien y la gente que trabaja conmigo sea feliz. Además, prefiero tener a pocos clientes y de calidad.
Hace poco Quality Experts cambió su rumbo.
Sí, en el 2005 decidí hacer un cambio, decidí que Quality fuera más allá de los certificados de calidad y medio ambiente. Ahora está más focalizada en los presidentes de las empresas. Y lo que hago ahora es subcontratar a expertos para determinados clientes, así que mi empresa ha hecho fluctuaciones en cuanto a plantilla.
¿Tienen a alguna administración pública como cliente?
Sí, pero no me gusta, y por varias razones: en la administración pública hay mucha rotación de gente, resulta a veces inestable y aquellos que mandan tienen intereses entre ellos. Y creo sinceramente que en las gestiones en temas de medio ambiente o en infraestructuras no se tienen en consideración aquellos puntos que son realmente importantes.
Abordemos un tema delicado: el AVE por debajo de la Sagrada Familia de Barcelona. ¿Cree que hay factores medioambientales que pueden resultar afectados?
Por supuesto. Mire, ya le digo de entrada que no sé que ingeniero de caminos debe llevar este asunto, pero creo que no hace falta ser demasiado inteligente para darse cuenta de que va a haber vibraciones que pueden poner en peligro la Sagrada Familia. Pero además, debemos tener en cuenta que las torres de alta tensión que tendrán que proporcionar energía a este tren de alta velocidad, supondrán también otro impacto medioambiental.
Cree que no debería hacerse.
Mire, un proyecto como el del AVE no me interesa porque va en contra de mis principios. Y ya me podrían dar todo el dinero del mundo que si me lo ofrecieran, no lo aceptaría.
Ha trabajado en Madrid y Barcelona. ¿Qué prefiere?
Creo que son dos estilos de trabajo bastante distintos, aunque igualmente válidos. Sí, efectivamente, yo abrí una oficina en Madrid, y tengo clientes importantes. Pero prefiero Barcelona. En Madrid las relaciones sociales fuera de la empresa tienen mucha importancia, mucha más que en Barcelona, así que perfectamente los contratos se puede firmar entre comidas. Seguro que es un buen método pero prefiero otro.
Su trabajo se parece mucho al de una ONG. ¿Cree que también deberían pasar controles de calidad?
Sí, por supuesto, y de hecho ya hay auditorías hechas. Con este tipo de organizaciones hay que ir con cuidado porque detrás de una fachada muy humanitaria pueden esconderse algunos negocios turbios. Así que creo que está bien que se controlen, no tanto porque la gente pueda desconfiar, porque realizan una labor extraordinaria, sino porque nadie las pueda llegar a cuestionar.