33 prestigiosos expositores internacionales, más de 10.000 obras de arte y el mejor expositor de relojes de Europa están presentes en el XVI Salón de Anticuarios de las Reales Atarazanas de Barcelona. Desde hace dieciséis años, Álex Flaqué organiza este selecto y exclusivo salón.
¿A qué se debe el éxito de una feria como esta?
A la asistencia de público y a la venta. Piense que en una semana pasan por la feria entre siete y ocho mil personas, entre las cuales hay compradores y visitantes. Y es que se puede encontrar desde una escultura de Botero hasta el internacional barcelonés Emilio Grau Sala, además de obras de artistas como Joan Miró, Antonio Tapies, Ramón Casas, Joaquin Mir o Fernando Botero, entre muchos otros.
¿El arte y la antigüedad tienen realmente un valor de inversión?
Sí lo tienen, pero no es algo primordial, ocupa poco. De hecho, la compra de arte, sea antiguo o contemporáneo, no deja nunca de ser una inversión.
¿En el salón del anticuario qué hay que no se encuentre en otros sitios?
A ver, se debe diferenciar entre piezas de más de 100 años de antigüedad o la de 50. Una espectacular colección de tankards (antiguas jarras de cerveza) de marfil alemanas de los siglos XVIII y XIX, la singular muestra de mobiliario mallorquín de finales del siglo XVII y del XVIII. Además, se incorporan al Salón galerías de referencia en España como Artur Ramon Antiquari, con su arte de calidad de los siglos XVIII y XIX, Pepe Rubio Galeria d’Art, de Palma de Mallorca, especializados en mueble mallorquín, pinturas de los siglos XVII, XVIII y contemporáneas u objetos de plata y cerámica, Vendôme Joyería de Madrid con sus singulares joyas antiguas francesas Belle Epoque, Art Nouveau y Art Déco o los barceloneses Principal Art con sus selecciones de pintura moderna y contemporánea.
Entonces no es un mercado agotable.
No, no lo es. Existe la figura del comerciante que se dedica a comprar todo lo que ve porque, más tarde, lo venderá. A nivel de firmas tenemos a muchos autores y piezas muy conocidas, las cuales tienen mucha demanda. Y no sólo eso, los visitantes quieren ver esas piezas.
Realmente este mundo tiene demanda.
Como organizadores vemos que hay mucha. Nosotros sólo controlamos las piezas que se venden y le aseguro que son muchas. Además, sólo hace falta ver la cantidad de visitantes que pasan por la feria.
Pero, existe cierto desconocimiento por este sector.
Sí, y se debe a la manera de hacer llegar las antigüedades, hoy en día, al público, que no es más que a través de las exposiciones. Todo lo que pueda generar costes de producción es a través de la televisión y de autofinanciar al canal. Y este tipo de programas lo suelen poner en un horario o canales de poca audiencia.
Cuando hablamos de antigüedades, ¿nos debemos referir siempre a mucho dinero?
Estos dos conceptos no siempre van unidos. Un coleccionista principiante de arqueología romana, por ejemplo, puede comprar una obra a partir de 90 euros. Hace dieciséis años que estamos en este sector y en esta edición ha mejorado mucho el tipo de expositor y es debido a las dimensiones del pabellón. Además, siempre hemos creído en mejorar la calidad para que el cliente encuentre una oferta muy variada. Este nivel nos sube en valor añadido y, de cara al año que viene, seguiremos subiendo de valor.