Con la misión de “Ser evolutivos referentes, mentores tecnológicos y excelentes proveedores”, Raona se presenta “como resultado del conocimiento, de la pasión por el trabajo, de la continua mejora y de la capacidad”. Aprovechando su experiencia en otras empresas informáticas, dos socios han intentando invertir lo mejor de sus conocimientos en una empresa que, en sólo seis años, ha pasado a facturar de 0 casi 5 millones de euros.
“Fundamos Raona con el propósito de tener un conocimiento sólido y profundo en determinadas disciplinas tecnológicas, para aportar el máximo valor posible a nuestros futuros clientes”
“El mundo de los sistemas de la información es cada vez más maduro, y por lo tanto cuesta mucho diferenciarse de la competencia. Lo que hay que pretender es, obviamente, ser el mejor”
“Los grandes clientes tienen prácticamente decidida sus tendencias tecnológicas, así que lo que necesitan son empresas de confianza con las que puedan materializar todas sus ideas y que puedan entender qué es lo que quieren”
En el 2003 cuando empezaron, había cierta incertidumbre en temas informáticos.
Si, es cierto. Después de la burbuja tecnológica y del efecto punto com, la gente estaba como un poco desquiciada, porque algo que parecía muy seguro, la apuesta por las nuevas tecnologías, se había de repente desmoronado. Y nosotros quisimos volver a los orígenes.
¿A qué se refiere?
Pues a que a Jordi (Castell) y a mí nos gusta la tecnología, la conocemos y por este motivo Raona tiene un perfil muy tecnológico. Y entendemos que a veces los clientes lo que quieren es un partner muy tecnológico. Pero no quisimos caer en el error de pensar que podíamos dar lecciones a los empresarios. Cada profesional entiende mucho de su terreno, así que nosotros quisimos ser buenos en el nuestro.
Zapatero a tus zapatos.
Pues sí. Se puede ser muy bueno en un sector, pero no tanto en dos. Así que fundamos Raona con el propósito de tener un conocimiento sólido y profundo en determinadas disciplinas tecnológicas, para aportar el máximo valor posible a nuestros futuros clientes.
¿Y cuáles fueron los puntos clave en el proceso?
Bien, el primer punto clave, que ya lo dice el nombre de la empresa es la razón. Razón como sinónimo de sentido común, de espíritu práctico, pero también en términos económicos: ser razonable en el precio, en ofrecer propuestas buenas al mercado. Luego está el segundo punto fuerte: si queremos ser buenos tecnológicamente, sólo podemos basar nuestras carreras profesionales en personas que sean expertos informáticos, para que puedan forjar su propia carrera, y así, prestigiar la ingeniería informática.
Y han crecido.
El crecimiento siempre ha sido orgánico, sin forzar la maquinaria. No hemos hecho nunca ninguna adquisición, y hemos ido haciéndonos mayores siempre con recursos propios, pasando de 0 a los casi los 5 millones de facturación en el pasado año.
¿Y este crecimiento se está manteniendo a pesar de la coyuntura actual?
El año pasado fue el mejor año para nosotros, y este año repetiremos los mismos resultados. Pero lo cierto es que en el mercado hay un pesimismo del que cuesta desembarazarse. Nos pasa a menudo. Tenemos trato con clientes con los cuales hace unos meses teníamos proyectos e iniciativas comunes pero ahora todo está muy parado. La gente, cuando está asustada, frena.
¿Y cuándo cree que las cosas mejorarán?
Pues muy sencillo, cuando la gente deje de estar asustada. El paso siguiente será el progresivo crecimiento de presupuestos, y con ellos, nuevos e innovadores proyectos en los que podamos trabajar juntos. La pregunta siguiente que posiblemente me formulará es, “Bien, ¿y en qué fase estamos?”
¿En qué fase estamos?
Aún detectamos gente que actúa con mucha prudencia: clientes, corporaciones, departamentos de informática de grandes empresas… Y este año ha sido un poco así de mantenerse, de no arriesgar demasiado. Esto implica que los proyectos tecnológicos, los de innovación, se van manteniendo y no se aceleran demasiado. Así que nuestra apuesta ha sido hacer una diversificación geográfica. A principios de año, intuyendo esta situación, abrimos una oficina en Londres de la que esperamos que el próximo año sea un motor que irá creciendo.
¿Y por qué? ¿Hay algún factor diferencial?
El mundo de los sistemas de la información es cada vez más maduro, y por lo tanto cuesta mucho diferenciarse de la competencia. Lo que pretendemos, es, obviamente, ser los mejores (risas). Así que cuando vamos a ver el cliente, tiene que advertir que lo somos.
¿Pero no es una apreciación un poco subjetiva?
Nosotros nos fijamos mucho en unas certificaciones estándares que hay en el mercado y que acreditan la buena profesionalidad. Bien, nosotros somos los que tenemos más acreditaciones de estas. Y esta es la manera de demostrar en el mercado y a nuestros clientes que si contratan Raona, está contratando a los mejores profesionales. También nos equivocamos, por supuesto, pero pretendemos ser los mejores.
¿Y cómo trabajan con los clientes? ¿Personalizan todos los productos?
Cerca del 90% de lo que nos piden. Los clientes tienen prácticamente decidida sus tendencias tecnológicas y lo que necesitan son empresas de confianza con las que puedan materializar todas sus ideas. Como cada gran cliente quiere hacer las cosas a su manera, se necesita hacer unas confecciones a medida que nosotros proporcionamos.
¿Y cuáles son los retos que se presentan hoy en día?
Bien, creo que la idea de conseguir una unidad. En el mundo de la gran empresa es muy difícil una integración total debido a la gran cantidad de sistemas disponibles. Cada empresa tiene un sistema propio de trabajo, los departamentos comerciales, otro, los de filtración otro, así que cuando te planteas hacer un proyecto, debes convivir con todos los otros sistemas, y esto acostumbra a ser una cosa complicada.
Ya hemos hablado de clientes. Hablemos ahora de vosotros. ¿Qué tal con el socio después de tantos años trabajando juntos?
Creo que como toda relación, lo importante es hablar mucho, y supongo que una de las claves de nuestro pequeño éxito es que hace muchos años que nos conocemos y con el tiempo ya sólo con los gestos vas adquiriendo la capacidad de decir muchas cosas. Creo que la idea es ser dos iguales en todo, e irnos turnando en las responsabilidades.
Unas responsabilidades que les han llevado a abrir otras oficinas. ¿Siguen su mismo ritmo?
Abrir oficinas en otros países y continentes conlleva que tengas que convivir con culturas empresariales muy distintas. Tenemos una oficina en Argentina, por ejemplo, y hemos asumido unas diferencias básicas de procedimiento método de trabajo. Pero tenemos los objetivos muy claros, y si eres capaz de poner números a estos objetivos, son éstos los que van indicando el camino a ser.
Me he fijado que en su empresa se trabaja en espacios muy abiertos.
Sí, aunque el 90% de nuestro trabajo es en casa del cliente. Hemos querido eliminar el papel de las jerarquías empresariales siendo conscientes de la gran rotación que hay en empresas como la nuestra.
¿Y con el día a día les queda tiempo para hacer de ingenieros informáticos?
Yo diría que sí, aunque lo que es programar directamente no, de esto ya se ocupan los cracks que tenemos en la empresa. Pero sí que es cierto que debemos seguir muy de cerca todo el proceso de una operación porque tienes que dar la cara así que debes estar enterado de todo.