Oriol Batiste

Director de Modulmax

“Hay que ir siempre más allá de lo que se había previsto”

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Hace años que la batalla entre los juguetes electrónicos y los tradicionales se terminó, y aunque las dos opciones no tienen porqué ser incompatibles, el secreto quizá esté en buscar nuevas lecturas. Hoy les presentamos una de ellas, Modulmax, un juego de construcción basado en una única pieza que permite crear infinidad de estructuras tridimensionales. Más allá de su aspecto lúdico, estimula la inteligencia, la habilidad y la creatividad. Conozcámoslo hablando con su creador.

“Modulmax es un juego de construcción basado en una única pieza que permite crear infinidad de estructuras tridimensionales. Ha sido diseñado como herramienta lúdica y educativa destinada a estimular la inteligencia, la habilidad y la creatividad”. 

“La idea es comenzar una empresa con recursos propios, con poco capital. Es entonces cuando te preguntas qué ventajas competitivas tienes, y hoy por hoy no son otras que el acceso a tecnologías avanzadas”

“Hay que ir siempre más allá de lo que tienes previsto en un principio. Nosotros empezamos con la intención de abordar el mercado educativo, pero nos hemos dado cuenta de que pensar a lo grande te lleva a hacer cosas grandes”

Parece largo el recorrido entre las ciencias físicas y montar una empresa
Bueno, de hecho mi especialización es la mecánica de fluidos y sus simulaciones numéricas, pero soy consciente de que esto queda algo lejos de la idea que tenía de montar mi propia empresa, ni siquiera relacionándola con la investigación. 

Pero algo pudo aprovecharse de tanto conocimiento…
Siempre he sido un gran aficionado al tema de la geometría, y por eso busqué la oportunidad de dedicarme a los juegos educativos geométricos, que era algo que veía que quizá sí podría hacer. Hacía años que iba investigando qué podía hacer con esto y por esto patenté una idea concreta que pude convertir en una empresa, Modulmax.

¿Cuánto tiempo tardaste en pasar de la idea inicial al plástico?
Bueno, la idea inicial ya la tenía desde hacía muchos años, pero, desde que nos pusimos a trabajar en serio, tardamos un año. Nos concedieron una subvención que nos ayudó mucho para poder empezar. La idea es la de comenzar con recursos propios, con poco capital. Es entonces cuando te preguntas qué ventajas competitivas tienes, y hoy por hoy no son otras que el acceso a tecnologías avanzadas o el dominio de programas de Cad o de cálculo para elementos finitos, para poder ajustar la pieza antes de fabricarla.

Aún así, igualmente, debía faltar el capital, ¿no?
Efectivamente. Yo soy físico, y el mundo de la empresa, a pesar de que siempre me ha atraído, me queda bastante lejos. Y en cuanto a mi hermano, que es ingeniero, en los temas de producción industrial sí que se puede desarrollar bien, pero tampoco en los temas empresariales. Así fue como decidimos incorporar una persona que es un MBA del IESE, que siempre se ha dedicado a los temas que conoce.  

Bueno, ¿y qué es Modulmax?
En pocas palabras, y tal y como se dice en nuestra página web, Modulmax es un juego de construcción basado en una única pieza que permite crear infinidad de estructuras tridimensionales. Ha sido diseñado como herramienta lúdica y educativa destinada a estimular la inteligencia, la habilidad y la creatividad.

Y en vuestro caso, ¿se trata de una empresa de un solo producto?
Sí. De momento hemos desarrollado un solo producto, pero la idea es la de ir sacando más. Es decir, primero darnos a conocer, crear una marca con cierto prestigio, y, a partir de aquí, arrancar con otros.

Y con lo que habéis sacado ahora ¿no se agota la posibilidad de crear más productos?
No, no, para nada. Entre otras cosas porque este producto, en su sencillez es inagotable. Desde formas sencillas como cubos o esferas, hasta construcciones complejas, personajes fantásticos y todo lo que se puedas imaginar. Siempre hay nuevas posibilidades.

¿Y tenéis pensado seguir en la misma línea de juegos educativos?
Sí, creemos mucho en ello. Básicamente se trata de empezar con juegos de construcción, pero intentar, en función de cómo veamos que va el mercado, atacar segmentos dentro de los temas de construcción o educativos. Pero esto ya se irá viendo con el tiempo.

Pero ¿aportáis alguna novedad en el mundo de la configuración de estructuras? Porque juegos de construcción ya hay muchos
Sí, admito que hay juegos similares a este. Pero el valor añadido de éste es que sólo tiene un solo tipo de pieza, y esto, de cara al juego, supone que no hay ningún tipo de limitaciones. Y aquí está lo más interesante: a la hora de montar figuras, lo único que tienes que hacer es buscar las diferentes maneras que tienen de encajar. La gracia del producto es haber buscado precisamente esta versatilidad. No hay límites, sólo los que marca tu imaginación. 

¿Y cómo funciona?
Las piezas se pueden unir por todos sus costados, pero además, también las puedes unir a través de las caras en cualquier nivel de rotación. También permiten cerrar figuras 3D o módulos, que se pueden unir a otros módulos para hacer crecer estructuras de manera evolutiva. Lo también interesante es que el sistema de unión es muy preciso y favorece el desarrollo de la motricidad fina.

¿Se puede montar cualquier estructura?
Se pueden llegar a montar muchas cosas, incluso con la paradoja de que con piezas cuadradas puedes incluso hacer una pelota. En principio, nosotros tenemos la intención de abordar el mercado del juego, y no sólo el educativo, sino el simplemente lúdico, que por razones obvias, abarca una superficie de mercado mucho mayor.

Pero no olvidáis la vertiente educativa
Si, por supuesto. Es un producto que las escuelas están recibiendo bien, porque tiene muchísima versatilidad. Va dirigido a un público que nosotros situamos alrededor de los cinco años. Pero por otro lado, también nos ha sorprendido ver cómo a niños de tres y cuatro años les llama la atención, juegan, enganchan piezas, y hacen algunas cosas simples. Y también gusta a los adultos, pues engancha porque se pueden llegar a montar estructuras muy complejas. Así, pues, el target exacto queda un poco indefinido. Pero, en principio, sería para niños de entre cinco y diez años.

¿A qué se debe el hecho de que cada paquete tenga tantas piezas?
En primer lugar, decidimos que tenemos que vender unos paquetes con 18 piezas. Y la razón está en que, por ejemplo, si alguien ve la caja y no se quiere gastar mucho dinero, pueda conocer el producto. Además, con 18 piezas, nosotros hemos conseguido montar más de 40 figuras. Uno de los retos que plantea el producto es el de montar figuras con las mínimas piezas posibles. Y, después, también tenemos los paquetes con 48 piezas, para poder montar estructuras más complejas.

¿40 figuras en tan solo 18 piezas? ¿No son demasiadas?
Bueno, la combinatoria te da un número exagerado de posibilidades, muchas más de las que proponemos. Sin embargo, cuando digo más de 40 figuras con 18 piezas, me refiero a figuras que tengan un poco de gracia, que puedan ser reconocidas: desde figuras geométricas a un cubo, o un muñequito.

¿Y no habéis pensado en convocar un concurso?
Todavía no. Sí que lo tenemos previsto, pero todavía no lo tiene tanta gente ni es aún tan popular como para que pueda tener el impacto que nosotros deseamos. Así, que de momento tenemos que darnos a conocer: por ejemplo, hace unas semanas salimos en el Club Súper 3, y con el Superqué de la quincena se regaló un Modulmax. Pero vamos poco a poco, este tipo de cosas, hay que irlas madurando.

Es curioso ver cómo en los despachos más próximos al que nos encontramos se están fabricando microchips de última generación, y vosotros os dedicáis a la simplificación absoluta de los juegos más tradicionales.
En realidad, yo mismo me dedico a la investigación en mecánica de fluidos utilizando superordenadores y simulaciones numéricas. Quizá he tirado por aquí porque mi investigación queda muy lejos de poder llevar a cabo una aplicación empresarial. Y aunque puede parecer un hobby o una diversión, lo he pensado como una inversión de futuro, una apuesta en la que he invertido mucho.

Con el tiempo, y si la cosa funciona, es posible que venga alguna multinacional y os quiera absorber la empresa. ¿Sois conscientes de ello, no?
Hombre, nuestra idea es la de poder crecer y poder sobrevivir por nosotros mismos autónomamente durante un tiempo. Es decir, este año vender en España y, a partir del que viene, intentar abordar los mercados europeos, que, en juegos de construcción, tienen un volumen de negocio importante. El problema, creo, es el principio, el hecho de introducirnos en el mercado.

Pero por los visto esperáis facturar entre dos y tres millones de euros: esto ya son palabras mayores.
Siendo realistas, nuestra idea es la de conseguir facturar estas cantidades en dos años, con una capacidad de reinversión muy importante. Y poco a poco, incorporar gente con un perfil creativo, que nos ayude a desarrollar nuevos productos o a buscar nuevas aplicaciones a los productos que tenemos.

Y a pesar de estos proyectos, no has abandonado la docencia
No, no. Así puedo trabajar el doble, y está bien no perder el contacto con aquello que representa algo importante en mi vida laboral. Mis alumnos de momento no saben nada, aunque supongo que algo habrá salido en el boletín de la UPC.

 

Oriol Batiste se licenció en Ciencias Físicas y la idea que tenía al terminar fue montar un negocio, pero al no disponer de capital, decantó su carrera por la vertiente académica. Hizo el doctorado, estuvo en los Estados Unidos y empezó a dedicarse a la docencia. Pero el gusanillo empresarial no lo abandonó y aprovechando una patente que desarrolló a través del programa “Innove” de la UPC, montó su propia empresa, junto con su hermano, ingeniero industrial.

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