Se han dado dos circunstancias para decidirme por este vino. La primera, la celebración de mi aniversario (una cena en casa con los míos, para los que preparé un excelente rodaballo al horno…) y la segunda la coincidencia de la entrevista a Miguel Torres que ha realizado Feedback Today para este número. Dos buenas excusas para volver a este vino de gratos recuerdos para mí y que hacía tiempo que no cataba.
De color amarillo brillante y destellos verdosos, me pareció, en nariz, limpio y fresco.
Con sutiles toques de piel limón y esas frutas tan agradables del verano, albaricoques, nísperos,… y al final el recuerdo de la barrica.
En la boca apareció untuoso, con paso agradable a la vez que largo y persistente. Expresivo y con buena estructura.
Fransola y Rodaballo maridaron a la perfección y colaboraron para que la velada pasara estupendamente, charlando de vinos, gastronomía y muchas cosas más.
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