Nadie parece acordarse de que se acaba este año. Para algunos, el año en que se ha empezado a notar la recuperación económica. Para otros, el año de la culminación de la corrupción política ya demostrada, con la Gurtel, la Púnica, Bankia, los falsos ERE, todos incendiando el ambiente, ya de por sí enrarecido, de nuestra política.
Se agota un año en el que, en Cataluña, hemos hecho todos un posgrado en "conocimiento de los principios que mueven los sistemas asamblearios anticapitalistas". Se acaba 2015, un año en el que el Barça habrá rozado la perfección con cinco de seis títulos.
Y se acaba 2015 sin tener una idea definitiva de quién va a gobernar tanto en el Estado como en esa especia de aldea gala rebelde en que algunos han querido ver el Noreste de la Península ibérica.
Nadie parece hablar de otra cosa que no sea de política. No he oído que se hable de cuantos ciudadanos piensan dejar de fumar en 2016, o cuantos de ellos, de una vez por todas, va a apuntarse al gimnasio con el propósito de pisarlo…
Lo único que parece competir con el intrincado panorama político es la meteorología, aunque cada vez más, me da la impresión de que no hablamos de los fenómenos puntuales sino del cambio que parece percibirse en la sociedad. No hace frío. Al menos, no el suficiente frío para hacer justicia a finales de diciembre. De eso, estos días, se oye hablar mucho…
En Feedback hemos entrevistado en 2015 a más de un centenar de personas que nos han contado sus éxitos, a los que a veces, precedieron algunos fracasos. Hemos conocido muchas historias contadas en primera persona.
Por eso, y no por todo lo anterior, aquí, en esta casa, ya estamos ansiosos por conocer un centenar más de vivencias. Es cierto, quien mande, en cada instante, puede o no ayudar o hacer más difícil que los proyectos triunfen. Y que haga frío cuando tenga que hacer frío, y que llegue pronto la primavera.
